Las propuestas de la mayoría de los partidos respecto al acceso a la energía como bien básico, la erradicación de combustibles fósiles o el cierre nuclear son laxas e insuficientes
Mientras que todos los programas apoyan el desarrollo de las renovables ninguno fija objetivos de electrificación y autoconsumo
Madrid, 24 de abril de 2019.- La Fundación Renovables lamenta que los partidos políticos no hayan concretado ni en sus programas ni en los debates electorales su postura ante temas tan relevantes para la sociedad y las futuras generaciones como la transición energética o el cambio climático.
Estamos ante una situación crítica e ineludible en la que un mal uso de la energía, tanto en su generación como en su consumo, nos lleva inevitablemente a un agravamiento de los impactos del cambio climático y de la calidad del aire de nuestras ciudades, con todas las consecuencias que ello tiene sobre la salud, la economía y la sociedad.
Sin embargo, en los programas electorales y en los debates televisivos celebrados estos días, el diálogo en torno a la cuestión energética ha brillado por su ausencia. En el primer debate, emitido el día 22 de abril, no se mencionó prácticamente ninguna medida relacionada con la energía y, en el segundo, que tuvo lugar ayer, tampoco se profundizó sobre las actuaciones que cada uno propone.
Para alcanzar el objetivo, hoy mayoritariamente aceptado, de contar en 2050 con un sistema energético descarbonizado es necesario que España se fije objetivos mucho más ambiciosos para las próximas décadas tanto en reducción de emisiones como en electrificación de la demanda.
Objetivos mucho más ambiciosos
La Fundación Renovables ha realizado una comparativa de las propuestas energéticas de los programas electorales de Partido Popular-PP, Partido Socialista Obrero Español-PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, VOX, Esquerra Republicana y Partido Nacionalista Vasco, que se puede consultar en su página web. Tras el análisis, llama la atención la vaguedad con que la mayoría de ellos tratan temas vitales para la transición energética, cuando tanto Unidas Podemos como PSOE sí lo han contemplado en sus propuestas de Ley de Cambio Climático y ha sido precisamente el gobierno socialista el que ha sacado adelante el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) que ha enviado a Bruselas.
La Fundación Renovables insiste en la necesidad de alcanzar el 100% de reducción de emisiones en 2050 con respecto a 1990. Para lograrlo, las ciudades, verdaderos sumideros de energía, deben ser el centro de las actuaciones, ya que en ellas se produce el 75% del consumo energético. La mala calidad del aire de las ciudades es consecuencia de insistir en el uso de combustibles contaminantes. Sin embargo, ninguno de los partidos hace hincapié en este tema. Es fundamental poner en marcha la sustitución de los sistemas de climatización basados en combustibles fósiles por la electrificación y el uso de bombas de calor, acometer una verdadera reforma eléctrica, más propuestas de fiscalidad verde y un cambio radical del modelo de movilidad.
Apostar por las renovables sin apostar por la electrificación es una equivocación. Proponemos una electrificación generalizada de la demanda de energía (50% en 2030, 70% en 2040 y 80% en 2050). Tampoco en este punto los programas de las formaciones citadas fijan objetivos. El tratamiento que hacen sobre esta cuestión se reduce a medidas sobre eficiencia y rehabilitación energética que desde la Fundación Renovables consideramos insuficientes.
Electrificación y Renovables
La electrificación tiene que ir necesariamente ligada a la generación con renovables de manera que suponga el 80% en 2030 y el 100% en 2040 y así poder cubrir el 100% de la demanda final de energía en 2050 con renovables. El PSOE establece un aumento de las energías renovables en el consumo de energía final como mínimo de hasta un 35% en 2030 (aunque en el borrador del PNIEC señalaba un 42%), con al menos un 74% de generación de electricidad de origen renovable y con el compromiso de alcanzar, en el horizonte de 2050, el 100% de la electricidad de origen renovable.
Unidas Podemos se compromete a alcanzar el 100% de la producción de fuentes renovables en 2040 mientras que Ciudadanos recoge el objetivo de alcanzar un modelo energético basado en energías renovables en 2050 y el PNV repite el objetivo europeo de lograr una cuota del 32% de renovables sobre el total. El resto de los programas analizados no fija porcentajes ni fechas concretas. Llama especialmente la atención lo escueto que es Vox a la hora de hablar de su política energética como aquella dirigida a lograr la autosuficiencia de fuentes sostenibles, limpias, eficientes, baratas y competitivas.
A pesar de la urgencia de erradicar el consumo de combustibles fósiles y uranio por ser ambos ineficientes, medioambientalmente no sostenibles y elementos principales de la inasumible dependencia energética española, en lo que se refiere al cierre de las centrales térmicas de carbón y el apagón nuclear, sólo Unidas Podemos se compromete a acometerlos en una fecha concreta: cierre de las centrales de carbón antes de 2025 y apagón nuclear antes del final de 2024.
La Fundación Renovables propone a 2030 el 80% de la flota para vehículo eléctrico de uso público (100% para VE nuevo) y el 60% de cuota de vehículo privado nuevo eléctrico e insiste en que no todo debe versar en torno al cambio de modelo de vehículos, sino también en una concepción de la movilidad bajo un criterio compartido y de servicio público. Es necesario, por tanto, minimizar las necesidades de transporte por servicios de cercanía, con prácticas de mínimo consumo y emisiones, abandonando progresivamente los vehículos de combustión interna.
Todo ello nos demuestra lo lejos que estamos del necesario Pacto de Estado que España necesita para evitar las erráticas actuaciones que en materia energética hemos sufrido en los últimos años con un elevado coste económico y medioambiental. Para recuperar el tiempo perdido ni siquiera podemos refugiarnos en las Directivas que salen de Bruselas: seis años de moratoria renovable han provocado que tengamos una dependencia de energía final del 82% y que hayamos perdido diez años en los que podíamos haber hecho mucho más para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones. Ya no llegamos seguro a cumplir con los compromisos europeos a 2020 (20% respecto a 1990) y habrá que redoblar esfuerzos si se quiere llegar al objetivo establecido por la UE a 2030 (40% respecto a 1990).