Hoy, 8 de febrero de 2023, es un día muy triste no solo para todos y todas las que formamos parte de la Fundación Renovables, sino para todas aquellas personas que, en algún momento de sus carreras y sus vidas, se han cruzado con un faro de luz guía dentro de la lucha contra el cambio climático. Hoy despedimos a Domingo Jiménez Beltrán, Patrono fundador de la Fundación Renovables y presidente desde 2014 a 2017, y con su marcha nos priva de uno de los mayores referentes españoles del activismo, la entrega y la perseverancia para cambiar el mundo a mejor.
Ingeniero industrial de profesión, toda su vida estuvo ligada a la protección del medio ambiente y al desarrollo sostenible. Ejerció puestos de gran responsabilidad y repercusión, tanto en Europa, como jefe de la División de “Salud, Seguridad y Calidad” de la Comisión Europea o siendo el primer director ejecutivo de la Agencia Europea de Medio Ambiente, como en España, donde fue asesor de la Oficina Económica del Presidente y Director del Observatorio de la Sostenibilidad en España. Sin duda, construyó muchos de los caminos por los que hoy transitamos todos aquellos que nos preocupamos por la salud del planeta, por la conservación de la biodiversidad y por el avance de las energías renovables.
Domingo siempre ha sido un referente al que seguir para todas las personas que nos preocupamos y buscamos un mundo más sostenible, justo, democrático, autosuficiente y “conectado” (una expresión muy suya es la de “autosuficiencia conectada”). Aparte de los logros cosechados en su amplia carrera, Domingo ha sido, es y será recordado por su contagiosa energía, su inquebrantable entrega y su capacidad para lograr sacar de todas las personas lo mejor de sí mismas y siempre con una sonrisa.
La Fundación Renovables es lo que es hoy en día gracias, sin duda, al impulso y al liderazgo que le imprimió Domingo en sus raíces. Como muestra recogemos las manifestaciones de algunos de sus compañeros en esta aventura, que comenzó en 2010, dirigidas a un amigo y a una persona que ha dejado su impronta en la histórica lucha contra el cambio climático en toda Europa.
Fernando Ferrando, el actual presidente de la Fundación ha dicho: “siempre me maravilló su pertinaz “hay que mirar con las luces largas” porque tener claro el largo plazo, aunque no lo vayamos a poder vivir nosotros, nos obliga a definir las prioridades del presente.” Sabia enseñanza fruto de su generosidad, de su experiencia y sabiduría”.
Para Raquel Paule, directora de la Fundación “Domingo era una de esas personas magnánimas que existen cada mucho tiempo. Su visión, sus conocimientos, su saber hacer y su esperanza hacían que, aun en los días grises, te impulsaran a trabajar más y a apuntar más alto. Su brillo nos acompañará siempre, seguiremos tu legado Domingo”.
Sergio de Otto ha manifestado “que su memoria y que su ejemplo sirva para que nunca bajemos los brazos en la pelea por hacer de este mundo algo mejor”.
Por su parte, Mariano Sidrach de Cardona ha expresado que “a Domingo siempre lo recordaré por su cariño, su amistad y por la gran capacidad que tenía de ilusionarte con los múltiples proyectos e ideas que siempre tenía en la cabeza y por los que era capaz de luchar para llevarlas a la práctica. Sin duda, un ejemplo a seguir”.
Para Maribel Núñez, secretaria del Patronato, “Domingo es una de las personas más generosas que he conocido, generosa en compartir sus conocimientos y experiencias, pero, sobre todo, generosa en cariño y cercanía, en los buenos y en los malos momentos. Siempre le recordaré con el mismo cariño que él ofrecía”.
Luis Crespo cuenta que “conocí a Domingo en el siglo pasado, cuando él era el director de la Agencia Europea de Medio Ambiente y yo andaba promoviendo empresas por Extremadura en una época en la que la atención al impacto ambiental de las actividades empresariales era todavía de luces cortas. Su rigor, profesionalidad y compromiso por la sostenibilidad iban mucho más allá de la primera derivada y me dejaron fuertemente impactado ya que, en los 90, no era tan habitual encontrar personas en las administraciones con esa convicción militante. Confieso que influyeron fuertemente en mi percepción y análisis de las iniciativas en las que tuve implicación a partir de entonces. Cuando le tenías cerca, su voz y su mirada transmitían absoluta sinceridad y compromiso a sus impecables y fundamentados argumentos. Fue un ejemplo para todos nosotros y de su escuela continuaremos nutriéndonos”.
Juan Castro-Gil le considera “una de esas personas que sin saber muy bien por qué irradiaba luz y empatía y con las que uno aprendía solo por acercarse. Desde luego quiero pensar que su legado pervivirá en todos aquellos que pudimos disfrutar de su compañía y amistad”.
Para José Luis García Ortega “Domingo ha sido una inspiración, una persona capaz de conjugar mente brillante, iniciativa incansable, coherencia personal y visión política. Capaz de entusiasmar y de compaginar denuncia y amabilidad. Ha sido un pilar fundamental para la Fundación Renovables y su espacio solo lo puede llenar el compromiso de trabajar por la transformación del sistema energético que sin duda vamos a continuar desde la Fundación, como elemento fundamental de esa sociedad sostenible que él veía como imprescindible e inevitable.”
Javier García Breva, el primer presidente de la Fundación Renovables, desde su creación hasta 2014 cuando, precisamente, le sustituyó Domingo, ha señalado que “si algún día se escribe la intrahistoria de las renovables en España, Domingo Jiménez Beltrán aparecerá en su verdadera dimensión como referente y activista en esa relación tan incomprendida de las renovables y el medio ambiente. Ha sido una trayectoria muy larga, una época en la que, junto a otras muchas personas, hubo que enfrentarse al alma pronuclear y contra las renovables de los partidos políticos. En una de esas batallas lo conocí en 2004 y en el Observatorio de la Sostenibilidad, para transitar juntos el nacimiento de la Fundación Renovables. Seguiremos tu estela”.
Las palabras nunca serán suficientes para expresar todo lo bueno que has traído y la tristeza que nos dejas al marcharte. Muchas gracias, Domingo.