La Fundación Renovables reclama eliminar las barreras para que los pequeños actores participen en el Servicio de Respuesta Activa de la Demanda 

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Reducir el tamaño exigido permitirá activar la demanda de pequeños consumidores en zonas tensionadas y abaratar los costes de gestión del sistema 

Hacer partícipe a la ciudadanía del SRAD es imprescindible para avanzar hacia una transición energética justa, distribuida y eficiente 

Madrid, 11 de septiembre de 2025. – La Fundación Renovables reclama un cambio regulatorio que permita eliminar las barreras para que los hogares, las pymes y las comunidades energéticas puedan participar en el Servicio de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD). Es decir, que los pequeños y medianos consumidores también puedan participar activamente y así ser retribuidos por adaptar su demanda eléctrica a las necesidades del sistema, con las mejoras inherentes que conlleva la gestión de la demanda, y dotarle de robustez.  

Así se lo ha hecho saber la Fundación Renovables a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a través de un escrito de alegaciones, enviadas este jueves, al procedimiento P.O. 7.5 de Red Eléctrica. Actualmente este mecanismo presenta barreras técnicas y administrativas –como el tamaño exigido de 0,1 MW, los elevados requisitos de comunicación y costes de entrada, la complejidad administrativa o las penalizaciones desproporcionadas– que impiden que la sociedad pueda incorporarse a este servicio. 

El modelo actual mantiene la estructura centralizada del sistema eléctrico y limita elevar la democratización del sector, incluyendo a pequeños actores, como demanda la Directiva (UE) 2019/944. Además, se impide aprovechar la flexibilidad de los sistemas distribuidos renovables, que pueden reducir costes tanto en las restricciones de operación como en la integración y acceso a las redes. 

Para ello, es necesario disminuir los requisitos mínimos de potencia y simplificar los procesos de habilitación para que la sociedad, y no solo las empresas del sector, puedan participar en este mecanismo y dar estabilidad al sistema eléctrico. Además, es imprescindible que las comunidades energéticas y los agregadores vecinales se incluyan en la reforma y que se permita usar estándares de comunicación abiertos y seguros como Open ADR o RES API. 

Abrir el SRAD a la participación ciudadana es clave para avanzar hacia una transición energética justa, distribuida y eficiente. Los datos revelan que hay un creciente interés de participación de más agentes habilitados en cada convocatoria, debido al aumento de la figura de agregadores de demanda, y por ello es necesario que la normativa se alinee con esa tendencia para dar acceso y mejorar la resiliencia del sistema.  

“El SRAD tiene que dejar de ser un mecanismo para grandes industrias y permitir la activación y participación de pequeñas demandas agregadas y comunidades energéticas. Esto nos permitirá dar una mayor flexibilidad a zonas congestionadas y que una gran parte de la sociedad se pueda ver beneficiada al ser parte de la gestión de la demanda” comenta Ismael Morales, responsable de Política Climática de la Fundación Renovables.  

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