No se puede imponer un peaje a la energía que nos llega del Sol. El proyecto del gobierno del PP de ‘peaje de respaldo’ al autoconsumo con saldo neto en energía fotovoltaica es un despropósito total.
La maduración de la tecnología fotovoltaica (FV) con descensos continuos de los precios permite hoy con una inversión de 1€ generar 1 kWh al año durante los 25 años de vida de la instalación, lo que significa que si el precio medio final actual para el consumidor es de 0,17 € kWh, dividiendo el recibo total por los kWh consumidos podemos afirmar que a los 6 años tendría amortizada la instalación y los siguientes años el coste sería cercano a cero.
Esto considerando que el productor-consumidor, prosumidor según la Fundación Renovables, fuera capaz de ajustar su curva de demanda a lo largo del día a la de generación FV lo cual no es fácil. Aquí es donde interviene el autoconsumo con balance neto que lo que buscaría es usar la red eléctrica existente para verter a la misma sus excedentes durante el día y captar de la misma cuando su generación no es suficiente, en particular durante la noche; una especie de consumo en diferido de su propia energía y que exige una regulación de dichos intercambios en términos normativos y económicos.
El autoconsumo con balance neto además de ser más económico supone un paso adelante hacia un modelo de generación distribuida basado en fuentes renovables con la reducción consiguiente de la dependencia energética y de las importaciones en particular de combustibles fósiles. Vamos, ¡qué no tiene más que ventajas!
La propuesta “Ciudades con futuro” de la Fundación Renovables para un sistema energético urbano sostenible considera factible y deseable que el autoconsumo llegue a cubrir la mitad de la demanda eléctrica urbana, solo se requiere que el autoconsumo se regule adecuadamente para lo cual también aporta propuestas en otro documento presentado el pasado mes de marzo.
¿Por qué no está promovido y regulado adecuadamente todavía en España?
En julio de 2013 el Ministerio presento un texto, borrador de RD, con el que de hecho se cerraba la vía al autoconsumo al introducir el llamado “peaje de respaldo” para gravar, hasta en 6c€ por kWh, el propio consumo, con el argumento de que era el pago por poder acceder a la red en los momentos en que lo necesitase.
El despropósito era tan evidente que los pocos dictámenes que se produjeron se pronunciaban en contra de tal peaje. Así lo hizo la entonces Comisión Nacional de la Energía (CNE) que exigió la eliminación inmediata de dicho peaje por considerarlo discriminatorio, contrario a las Directivas Comunitarias sobre eficiencia energética y una “disfunción grave” contraria a los objetivos de la propuesta al hacer la modalidad de autoconsumo inviable. La CNE consideraba además que no se tenían en cuenta los beneficios socioeconómicos asociados a la producción distribuida y el autoconsumo.
Con este varapalo no es de extrañar que el Ministerio enviara nuevamente al limbo su propuesta aunque consciente esta vez de que había conseguido su propósito que parecía ser el de paralizar el autoconsumo sin coste político y sin arriesgarse a una confrontación social. El mero hecho de que la intención del Gobierno fuera la fijada en el borrador creó tal ambiente de riesgo regulatorio e inseguridad jurídica que paralizó las inversiones en FV en los hogares, incluso de las que son legales y viables dentro del marco regulatorio actual.
Éxito total para el Ministerio y un desastre mayúsculo no solo para el sector FV sino para el sistema eléctrico en general al no progresarse en la generación distribuida y en el autoconsumo, que es una pieza clave de futuro.
Lo sorprendente y provocador es que ahora el Ministerio vuelva por sus fueros y el Ministro Soria haya confirmado (Comisión de Energía del Congreso de los Diputados del 25 de marzo) que dentro de su anunciada pronta regulación del autoconsumo el «peaje de respaldo» es una pieza clave, acudiendo a los mismos argumentos de julio de 2013 refutados por la CNE y que se traducen en lo que viene a llamar el Ministro necesaria solidaridad de los prosumidores con los usuarios en general de la red.
Según el Ministro el prosumidor «no paga la energía que está autoproduciendo, pero sí que debe pagar los costes de respaldo del sistema y debe pagar también, en opinión del Gobierno, el peaje si usa las redes o si piensa usarlas», argumento torticero donde los haya porque aparte de ponerle un peaje al sol, por la misma razón deberíamos pagar también peaje de respaldo por tener placas térmicas solares o incluso por calentar al sol la bañera del niño ya que cuando no calienta el sol recurrimos al termo eléctrico. Mejor no seguir dando ideas.
Lo que hay que preguntarse es con quién realmente es solidario el Ministro al hacer estas manifestaciones y la respuesta parece obvia, con los intereses de los oligopolios energético y eléctrico que parece asimilar a intereses estratégicos nacionales o de otro tipo.
Pieza clave para el cambio de modelo
El autoconsumo como reconocía la propia CNE en su dictamen es una pieza clave para el cambio de modelo energético, un modelo eficiente y basado en las renovables, que solo parece tener una limitación: la resistencia al cambio de los oligopolios energéticos y eléctricos. Estos pretenden perpetuar la rentabilización de sus activos en generación e infraestructuras, muchos ya amortizados y pagados por los usuarios, que no formarían parte del nuevo modelo por estar basados en combustibles fósiles o nucleares y porque con el nuevo modelo no podrán conservar sus posiciones dominantes.
Con el autoconsumo hablamos no solo de participación directa del ciudadano en el mercado de la energía compitiendo con las grandes empresas sino también de un verdadero empoderamiento (en inglés energía es power) de la sociedad civil frente a las grandes empresas.
La resistencia al autoconsumo de las Eléctricas (tienen hasta un lobby, Magritte, a nivel europeo), parece asumida por el Ministro. Solidaridad bien entendida.
Termino pidiendo al Ministro Soria que presente lo antes posible su propuesta de Real Decreto de Autoconsumo, si es posible sin persistir en los errores anunciados, con la esperanza de que en cualquier caso acabe, después de los procedimientos para su aprobación, en un texto normativo de verdadera promoción del autoconsumo.
De no ser así, si persisten los errores, hay muchos que siguiendo lo que decía Gandhi: ”Cuando una Ley es injusta lo justo es desobedecerla”, nos plantearíamos la posible desobediencia civil siempre atentos a las multas tan desorbitadas que posiblemente mantendrán para evitar lo que es imparable, el autoconsumo generalizado y con balance neto y más. Sin olvidar que iniciativas como corta los cables que parecían una reacción ante la falta de regulación del autoconsumo ahora con las nuevas baterías anunciadas por Tesla pueden pasar a ser la solución sin o con regulación.
Y si no esperaremos a la próxima legislatura en la que está garantizado que gobierne quien gobierne, excepto si lo hace el PP, habría cambio en la regulación del sistema eléctrico y del autoconsumo.