Este marzo atípico, y su crisis sanitaria, nos ha supuesto un mazazo a todos los españoles a nivel industrial, político, social y, ante todo, vital. Nuestro país está prácticamente paralizado en aras de conseguir la desaceleración del aumento de contagios por el Covid-19 y detener así su expansión cuanto antes. La labor heroica que están llevando a cabo nuestros sanitarios, las fuerzas de orden público, transportistas, el sector alimentario y todos los trabajadores que garantizan los suministros de electricidad y agua, están siendo un ejemplo de trabajo, concienciación, dedicación y solidaridad hacia la sociedad en su conjunto. Lo primero que queremos hacer desde la Fundación Renovables es reconocer su gran esfuerzo y agradecerles su labor, así como expresar nuestro pésame a todas las personas que hayan perdido a algún familiar por la pandemia.
Por otro lado, y de manera conjunta a la crisis sanitaria, se está viendo como estamos entrando en un momento de turbulencia económica con los precios del gas y del petróleo prácticamente por los suelos, al igual que su demanda. La destrucción de empleos por parte de todas las empresas obligadas a cerrar o a reducir su producción está impactando en el día a día y en el monedero de la mayoría de los hogares. Será difícil la salida y, tras un estado de latencia, la recuperación total. Pero en la Fundación Renovables pensamos que las oportunidades vendrán por mantener la aceleración del cambio de modelo económico y energético, que no debemos detener porque es el mejor salvavidas social y económico que existe hoy en día.
Empezar desde ya a fomentar esa reconstrucción del modelo permitirá no solo proteger puestos de trabajo y generar otros nuevos de mayor calidad, sino, también, dar los estímulos económicos necesarios para incentivar conductas, profesiones, medidas y normativas que nos lleven a tener cero emisiones en 2040. La Fundación Renovables seguirá, en estos turbulentos tiempos, trabajando de manera incansable para estar detrás de esa aceleración con propuestas, nuevas ideas y mucho diálogo entre los diferentes actores y para exigir que esta crisis, como la anterior, no la acaben pagando los de siempre.
Habrá vida tras el Covid-19 y el cambio de modelo energético será el motor de una recuperación lo más sostenible y socialmente justa posible.