La COP27 vuelve a fallar en dotar de un marco para la progresiva eliminación de los combustibles fósiles.
La creación del fondo para financiar los daños producidos por el cambio climático es un paso hacia la justicia climática, pero debemos seguir recorriendo el camino.
El tiempo de estar sentados debatiendo ya pasó, necesitamos líderes que rompan con la industria de los combustibles fósiles para combatir el cambio climático.
Madrid. Martes, 22 de noviembre de 2022. La Fundación Renovables valora como deprimentes los resultados conseguidos en la COP27, celebrada en Egipto. Como viene aconteciendo con todas las reuniones desde la COP21 (París), no se acaban de definir los acuerdos necesarios para la urgencia climática a la que nos enfrentamos. Tristemente, cada año que pasa volvemos a constatar que, en la carrera contra el cambio climático, no conseguimos pasar el relevo de las buenas intenciones a las acciones reales.
Decenas de organizaciones han estado avisando en las semanas previas a la COP que el uso de combustibles fósiles es incompatible con el escenario del Acuerdo de París y que los planes climáticos actuales son insuficientes. Aun así, tras más de dos semanas en las que cientos de representantes de la industria fósil campaban a sus anchas por los pasillos de las instalaciones en Sharm el Sheij y la sociedad civil intentaba, por todos los medios, llevar sus demandas de justicia y equidad a los representantes de los países, el resultado conseguido es sin duda decepcionante.
En la Fundación Renovables consideramos de extrema gravedad la poca implicación de algunos gobiernos en mantener el límite de aumento de temperatura por debajo de los 1,5ºC, ratificado en el Acuerdo de París. En el tiempo de descuento se incluyó este objetivo en las decisiones finales, pero sin ningún tipo de plan para alcanzarlo, lo que nos deja nuevamente sin un marco global para lograr la tan necesaria transición ecológica. Hay algunos países que piensan que con seguir sentados ya es un avance, pero con la urgencia actual, eso no es una opción. Necesitamos líderes valientes que rompan con la industria del petróleo, no títeres que acaten todas sus demandas.
La conclusión más destacada ha sido un acuerdo no vinculante para la creación de un fondo para financiar los daños producidos por el cambio climático en los países más vulnerables, una demanda que los países del hemisferio sur llevaban reclamando desde hacía décadas. Este acuerdo es un pequeño paso para alcanzar la justicia climática, pues los países del norte global hemos esquilmado recursos y emitido ingentes cantidades de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera durante nuestro desarrollo y los que más sufrirán serán los países más desfavorecidos. Pero, es necesario muchísimo más para recorrer esta senda y esperamos que este acuerdo se traduzca en acciones reales que nos hagan transitar hacia un planeta más justo.
Uno de los aspectos que se quedaron pendientes en la COP26, en Glasgow, y que vuelve a pasar nuevamente sin levantar revuelo, fue concretar un acuerdo para la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. Si no queremos ir de cabeza hacia las peores consecuencias del cambio climático, la única vía es dar un impulso a las energías renovables y lograr eliminar la dependencia de las energías fósiles de nuestras economías cuanto antes. Nuevamente, los intereses de los grandes lobbies fósiles priman sobre las necesidades del planeta.
Cabe destacar la fuerte posición que ha demostrado la Unión Europea en la búsqueda de ambición para la lucha contra el cambio climático y en mantener el objetivo del Acuerdo de París, aunque haya sido con un lenguaje demasiado débil. El propio vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans declaró estar decepcionado con el resultado y constató lo que desde la Fundación Renovables pensamos: que hemos perdido mucho tiempo y que el planeta y las personas no tenemos más tiempo que perder.
A pesar de los pocos avances que se han conseguido desde el punto de vista de la mitigación del cambio climático por parte de los políticos, las organizaciones sociales seguiremos trabajando en nuestro empeño por conseguir un mundo más justo y eliminar la influencia que unos pocos intereses privados tienen sobre el conjunto de la población.