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El Ayuntamiento de Valencia y la Fundación Renovables presentan un documento estratégico para la transición energética de la ciudad

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La estrategia energética pretende situar a Valencia a la cabeza de las ciudades pioneras en sostenibilidad, con todas las oportunidades económicas y sociales que esto conlleva.

Las medidas propuestas tienen como ejes básicos la electrificación de la demanda de energía, la apuesta por la eficiencia energética y la movilidad sostenible.

Madrid. Martes, 22 de diciembre de 2020. El Ayuntamiento de Valencia, a través de la Delegación de Emergencia Climática y Transición Energética, y la Fundación Renovables; han elaborado conjuntamente una hoja de ruta para la ciudad de Valencia, presentando una estrategia energética para la década 2020/2030. Este trabajo, realizado por la Fundación Renovables, en colaboración con los técnicos del Ayuntamiento de Valencia, es una declaración de intenciones a 2050, sin olvidar la premisa de la urgencia de la emergencia climática que vivimos y teniendo en cuenta la gran importancia de la próxima década, con la intención de situar a Valencia entre las ciudades más sostenibles y comprometidas en la lucha contra el cambio climático de España y de Europa.

La estrategia energética para la ciudad de Valencia 2020-230 se ha basado en la electrificación de la demanda, la apuesta por el autoconsumo, la transformación hacia una movilidad sostenible y la rehabilitación energética, teniendo en cuenta que la energía es un derecho y un bien básico de la ciudadanía.

El diagnóstico energético, con el año 2016 como base, es el pilar sobre el que se ha elaborado la estrategia y los objetivos marcados y revela que los combustibles fósiles representan más del 68% de los consumos globales, siendo el gasóleo de automoción la fuente más representativa con un 45% en 2016 que, junto con la gasolina, representan el 60% del consumo. Además, se ha observado como la reducción de consumos a lo largo de los años no ha significado una mejora en su distribución por fuentes de energía hacia aquellas menos contaminantes y más eficientes. Por último, y no por ello menos importante, el nivel de electrificación ha permanecido invariable, representando el 32% en 2016, lo que es claramente insuficiente en un sistema del futuro que tiende al 100% de electrificación de la demanda.

Los objetivos propuestos para 2030, partiendo de los datos de 2007, gozan de una gran ambición. Entre ellos, destaca el incremento de hasta el 42% de la electrificación de los consumos de energía de la ciudad, junto con la reducción que conlleva del 40% de los consumos energéticos gracias a las medidas de eficiencia y de ahorro que se proponen. Es también especialmente relevante la propuesta de que un 10% de la producción con energías renovables sobre la demanda para 2030 sea mediante autoconsumo fotovoltaico, además de una reducción del 60% de emisiones de GEI.

En este sentido, se plantea que el Ayuntamiento de Valencia sea el principal impulsor, convirtiéndose así en el eje vertebrador de las iniciativas y políticas energéticas para llevarlas a cabo, asumiendo la ciudad su principal papel como agente del cambio de modelo energético a nivel local. Para ello, generará una base de datos energéticos de los edificios municipales y fomentará el uso de autoconsumo en cubiertas, mobiliario urbano y aparcamientos municipales, sin olvidar que se rehabilitarán anualmente el 10% de los edificios municipales de más de 1000 m2 y se propone ir renovando la flota municipal progresivamente hasta alcanzar su electrificación al 50% en 2030. Para la aplicación continua de estas medidas, el Ayuntamiento de Valencia cuenta con un grupo de trabajo por la Transición Energética de Valencia que aúna a la sociedad civil, al mundo académico, a las empresas privadas, a divulgadores y a las administraciones públicas.

La movilidad sostenible es también uno de los principales ejes de la estrategia energética 2020/2030, por la alta dependencia del transporte de los combustibles fósiles, siendo necesarios cambios profundos que van desde la electrificación hasta el fomento de la movilidad activa, priorizando siempre al peatón frente al vehículo motorizado en las políticas de desarrollo urbano. Se pueden ver los principales objetivos a 2030 en la siguiente tabla:

Además, se pretende dar un impulso a Valenbisi, aumentando la trazabilidad con carriles bici que unan los distintos puntos de interés de la ciudad, restando espacio al vehículo privado para su creación y se propone incrementar las zonas de parking seguro para bicicletas. Asimismo, unido a la más que indiscutible electrificación y mejora del transporte público, se fomentarán las plataformas de uso compartido de vehículos y se fija como objetivo mínimo la instalación de 350 puntos de recarga públicos en 2030 (actualmente existen cinco). Por último, cabe destacar la propuesta de prohibir la circulación de vehículos en función de la normativa europea sobre emisiones.

En definitiva, la hoja de ruta para la estrategia energética de 2020/2030 para la ciudad de Valencia es una guía para que la ciudad se transforme y lidere el cambio de modelo energético local, cambiando su comportamiento y sus usos energéticos, apostando por acelerar hacia el futuro y trabajando desde la urgencia del presente.

 

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