La Fundación Renovables publica una guía de buenas prácticas para que los proyectos que se desarrollen en el litoral se integren, de manera equilibrada con el territorio y los ecosistemas
Es necesario que los promotores y reguladores dialoguen con los actores sociales y económicos para incorporar sus demandas en los futuros proyectos ‘offshore’
Madrid, 17 de junio de 2025.- La Fundación Renovables ha publicado este martes, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, una guía de recomendaciones de buenas prácticas para conseguir que el despliegue de la eólica marina se integre de forma equilibrada con los ecosistemas y el territorio. España, según lo previsto, iniciará este año las primeras subastas para instalar los primeros aerogeneradores offshore a lo largo de 2025, lo que supone una oportunidad para acelerar la transición energética y, al mismo tiempo, un reto para conseguir que el proceso se realice garantizando el diálogo con los agentes sociales y económicos que puedan estar afectados.
El informe recopila numerosos ejemplos de parques eólicos marinos en Europa en los que se han ejecutado prácticas positivas para conseguir su aceptación social. A partir de la experiencia en países como Francia, Países Bajos o Reino Unido, las conclusiones del informe indican que el despliegue de aerogeneradores, al igual que ocurre en tierra firme, requiere de cuatro pilares básicos que garanticen minimizar impactos ambientales, sociales y económicos.
Aunque cada parque eólico tendrá sus características propias, y no en todos los lugares se requerirán las mismas acciones, desde la Fundación Renovables consideramos que estos cuatro elementos deben ser tenidos en cuenta por los promotores, reguladores y los diferentes niveles de la Administración:
- Medidas para la mejora del impacto económico y social en la comunidad: la comunicación temprana del proyecto es esencial. Se requiere, por ende, crear grupos de trabajo transversales, así como puntos de información que den transparencia al proyecto desde el primer momento. Este punto incluye también el diálogo y acuerdo con los actores locales para dejar incentivos en el territorio.
- Medidas específicas para el sector pesquero: la ubicación de estos parques eólicos tiene una conexión única con el sector pesquero. Por eso, es necesario que haya colaboración continua con cofradías de pesca y empresas locales, así como que se establezcan medidas de compensación económica y fomento de actividades de coexistencia. Un buen ejemplo de esto último es la adaptación de las flotas pesqueras al “turismo eólico”, realizando rutas y visitas a los parques.
- Medidas para el paisaje turístico: es imprescindible escuchar al sector turístico y que se impulsen medidas de mejora de integración paisajística, alejando al máximo la localización de los parques o eligiendo tecnología de mayor potencia para producir la misma energía con menor cantidad de aerogeneradores.
- Medidas para la conservación de la avifauna y de la fauna y flora marinas: Es necesario escoger zonas con el impacto ambiental más bajo y que se implementen tecnologías para minimizar los impactos y colisiones de aves y menos ruidosas. Además, se deben impulsar medidas compensatorias destinadas a la protección de especies y hábitats.
La eólica marina supone una oportunidad única para acelerar nuestro proceso de descarbonización, pero es necesario que su llegada a España se realice contando con todos los actores involucrados y no de una forma impositiva. La aceptación social debe ser un eje vertebrador de la transición energética española y la forma en la que se desplieguen los primeros aerogeneradores marinos puede condicionar el modo en el que la población los percibe. Por ello, esta guía ofrece ejemplos para conseguir que las buenas prácticas no sean anecdóticas, sino algo que se puede replicar en todo el litoral español.
