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España propone dar un pequeño paso hacia la reforma del marginalismo, pero seguimos necesitando su reconfiguración integral

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La reforma propuesta por el ejecutivo es un paso importante en la tan necesaria reforma del mercado marginalista

Nuestro mercado energético está controlado por los combustibles fósiles, necesitamos decisiones firmes para que las energías limpias tomen el control

Madrid, a 13 de enero de 2023. La Fundación Renovable ve positiva la propuesta del ejecutivo para la reforma del mercado eléctrico europeo. Ante la reticencia de la Comisión Europea a reformar el mercado marginalista, la propuesta española pretende arreglar algunos de sus problemas, si bien sigue siendo una medida que, aunque avanza en la reforma del marginalismo, es insuficiente para los tiempos de cambio que estamos viviendo. Urge un cambio integral en el sistema marginalista que se debe acometer cuanto antes.

En términos generales, la propuesta recoge las demandas que desde la Fundación Renovables venimos exigiendo desde hace años. Y es que una Europa cada vez más electrificada (con electricidad procedente de fuentes renovables) es la única opción viable para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Ahora es necesario que estas medidas se desarrollen y concreticen a nivel europeo.

No podemos olvidar que la electricidad es un bien escaso de primera necesidad para toda la ciudadanía y nos encontramos con un mercado marginalista que premia la especulación y las malas prácticas, con las fuentes de generación concentradas en unas pocas grandes compañías. Hemos estado viendo, desde el inicio de la crisis energética, como grandes embalses eran gestionados de manera poco ética en momentos estratégicos para incrementar las ganancias, o, en los últimos días, como una energía como la nuclear, que después de llevar 30 años aduciendo imposibilidad de “reducir su carga”, beneficiándose de una entrada privilegiada en el mix eléctrico, se vuelve “flexible” para dar entrada a la eólica. Es tan importante que el precio casado no sea desorbitado como que no sea cero y mucho menos que este se transmita a todas las ofertas.

Tal y como propusimos en febrero de 2021, en el documento “¿Qué hacemos con la tarifa eléctrica?”, una solución lógica a esta problemática debería pasar porque las nuevas renovables entraran a través de subastas o PPA’s, que las retiraran del mercado, evitando bajar a valores próximos a 0 los mercados mayoristas y favoreciendo que las empresas privadas inviertan en nuevas plantas. Otro paso necesario es que la hidráulica, la nuclear y parte de las renovables que hay hoy en día en funcionamiento entren como rentabilidad predefinida, tras la consiguiente auditoría de coste.

En este sentido, y sin entrar a valorar las problemáticas de las últimas subastas de renovables u otros problemas añadidos como los accesos a los nudos, el ejecutivo está realizando lo propio con las nuevas renovables. Y ahora, tras la experiencia obtenida gracias a la “excepción ibérica”, un mecanismo que ha resultado beneficioso para combatir los altos precios de la factura y la inflación, ha optado por proponer una reforma de mayor envergadura, que pretende generar contratos a largo plazo en el mercado para las plantas de energía hidráulica y nuclear, con el objetivo de conseguir una mayor estabilidad en los precios y evitar los conocidos como “beneficios caídos del cielo”.

En última instancia, esta propuesta pone el acento en resolver la situación de las infra marginales y que éstas no se lleven más recursos de los que deberían, pero no ataca la fijación de precios del mercado marginalista, la raíz del problema. Desde la Fundación Renovables pensamos que la carga de la prueba debería ser un sistema de fijación de precios que erradicara los combustibles fósiles, es decir, que no fueran éstos los que marcaran el precio. Por resumir, lo que hace la propuesta es «rodear” el problema y sacar a las infra marginales del mercado.

Esta reforma no debe obviar, en ningún caso, la problemática de la fiscalidad ambiental, puesto que sigue habiendo impuestos medioambientales que se aplican por igual a energías que contaminan y que no contaminan, o la falta de definición del diseño de una tarifa progresiva en el mercado español, con objeto de que se graven los consumos no responsables, y que también incluya una tarifa con criterios sociales, que reconozca un consumo mínimo garantizado a coste reducido. Es necesario sumar y trabajar en todos los aspectos de la crisis energética para llegar a la descarbonización del sector y evitar que las peores consecuencias las sufra la ciudadanía, en especial las familias más vulnerables.

En definitiva, desde la Fundación Renovables apoyamos la actuación del ejecutivo y aplaudimos el liderazgo que España está tomando en cuestiones tan necesarias para el sector energético europeo como son la reforma del mercado marginalista y la eliminación de energías no sostenibles para no retrasar más la imprescindible la transición ecológica.

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