En el marco de la Semana Europea de la Movilidad 2019, la Fundación Renovables, fiel a su vocación de diálogo, traslada al conjunto de la sociedad sus propuestas en materia de movilidad.
Urge un cambio radical en las tendencias actuales de movilidad motorizada, consumo de energía fósil y emisión de gases de efecto invernadero y partículas contaminantes.
El nuevo modelo de movilidad urbana debe ser bajo en carbono, con cero emisiones de gases contaminantes, más inclusivo y económico.
Madrid, 17 de septiembre de 2019.- La vocación de servicio y de diálogo abierto con la sociedad que caracteriza a la Fundación Renovables le lleva a compartir con el resto de actores y entidades que participan en la Semana Europea de la Movilidad (#SemanaDeLaMovilidad19, #SEM19) sus propuestas en materia de movilidad urbana sostenible, las cuales pueden consultarse en toda su extensión en el último informe publicado, titulado “Escenario, políticas y directrices para la transición energética”.
La solución al problema del transporte (atascos, ruidos, contaminación, etc.) no puede venir desde el propio sector del transporte (con la creación de más infraestructuras viarias para aliviar los atascos, pues estas volverán a saturarse, en una espiral sin fin) sino desde el urbanismo y la ordenación del territorio: ubicando más cerca los distintos bienes y servicios para que así no sea necesario desplazarse tan lejos. Se trata de procurar la máxima accesibilidad con la menor movilidad motorizada posible, especialmente si esta tiene lugar en modos motorizados privados. Ello solo es posible desde la “creación de cercanía”, esto es, recuperando el modelo de ciudad de distancias cortas, multifuncional y diversa que siempre había caracterizado a las ciudades españolas.
La Fundación Renovables considera por tanto que se debe gestionar la movilidad urbana y el sector transportes a través de planes integrales que, con criterios de sostenibilidad, ahorro y eficiencia, apuesten por un cambio radical en las tendencias y patrones actuales, de modo que:
- Se gestione y racionalice la demanda de movilidad (demanda no equivale a necesidad), minimizándola gracias a una nueva configuración del espacio urbano en el que todos los servicios básicos municipales y comercios se encuentren a una distancia fácilmente accesible a pie. Dicho con otras palabras, se debe apostar por la recuperación de la escala de barrio.
- Se haga hincapié en la gestión y conservación de las infraestructuras, frente al discurso hegemónico de nueva construcción o ampliación de las ya existentes, donde prima el beneficio económico.
- Se apueste, de forma clara e inequívoca, por los modos no motorizados de transporte (marcha a pie y en bicicleta) en intermodalidad con el transporte público colectivo.
Desde la Fundación Renovables se defiende un cambio en la concepción de la movilidad, de manera que se consolide un criterio de servicio público y uso compartido, minimizando la demanda de movilidad motorizada por disponibilidad de bienes y servicios de cercanía, con prácticas de mínimo consumo y emisiones contaminantes y abandonando progresivamente la utilización de vehículos con motor de combustión interna. Este cambio en la concepción de la movilidad abre un amplio abanico de oportunidades para re-diseñar el modelo de ciudad, revitalizar el tejido productivo local y servir de mecanismo tractor de la economía.
El marco de actuación propuesto por la Fundación Renovables tiene como finalidad conseguir un cambio de modelo de movilidad urbana cuyo objetivo sea garantizar la accesibilidad a los distintos bienes y servicios sin necesidad de apostar necesariamente por el uso del automóvil privado. El nuevo modelo de movilidad urbana que defiende la Fundación Renovables es bajo en carbono, con cero emisiones de gases contaminantes, más inclusivo y económico, en base a:
- Una planificación y un diseño urbanístico que garanticen la máxima accesibilidad con la menor movilidad motorizada posible, de manera que se maximicen los desplazamientos a pie y en bicicleta en condiciones de seguridad.
- El desarrollo de una red de transporte público colectivo suficientemente potente y accesible para el conjunto de la ciudadanía, de manera que pueda asumir el grueso de aquella movilidad motorizada que aún deba producirse tras la introducción de criterios de accesibilidad y creación de cercanía, pues no todo estará lo suficientemente cerca para todo el mundo y al mismo tiempo. Este transporte público deberá ser eléctrico y abastecido por completo con fuentes renovables de energía.
Para asumir la fracción restante de la movilidad motorizada (el grueso ha de ser asumida por transporte público colectivo) se debe potenciar el vehículo eléctrico (automóviles, bicicletas, patinetes, etc.), igualmente a partir de electricidad generada completamente con fuentes renovables y siempre desde una consideración de uso compartido (carsharing, carpooling, etc.).