La Fundación Renovables alerta: la industria alimentaria, en riesgo por el agua y el cambio climático

La Fundación Renovables alerta: la industria alimentaria, en riesgo por el agua y el cambio climático
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La industria alimentaria acapara el 21% del consumo de agua industrial de España

Es necesario adaptar el sector a una coyuntura de cambio climático en la que la disponibilidad de agua sea cada vez menor y en la que, además, las sequías serán más recurrentes y severas

Madrid, 29 de mayo de 2025.- La Fundación Renovables analiza la huella hídrica de la industria alimentaria española y pone sobre la mesa medidas para adaptar el sector a la coyuntura de cambio climático. El informe Mejora de la resiliencia de la industria frente al estrés hídrico, publicado hoy, pone de manifiesto la necesidad de reducir los consumos de agua de la manufactura de alimentos, el segundo sector industrial que más recursos hídricos consume de España.

La industria alimentaria española representa el 2,4% del PIB y contribuye a dinamizar el 10% del PIB español por su relación con otros sectores. Para sacar adelante la producción anual es necesario un consumo ingente de agua, tanto que es el segundo sector industrial que más recursos hídricos utiliza, alcanzado el 21% del consumo de agua industrial de España.

El agua es muy importante para procesar y conservar los alimentos que cada día se compran en los supermercados, pero ¿cuánto? El Valor Agregado Bruto (VAB) que aporta el agua es de 22.551 millones de euros. Por tanto, estamos ante una de las industrias más amenazadas por los efectos del cambio climático en España, donde las sequías se están volviendo cada vez más severas y prolongadas y la disponibilidad de agua será cada vez menor.

Implementar medidas para la reducción de consumos, no desde el punto de vista restrictivo, sino desde una estrategia integral para la adaptación del sector al cambio climático es esencial. La reducción de los usos de agua, en este sector, son mucho más efectivas que en otros como el agrícola, el ganadero o en los propios consumos domésticos de agua. Y esto se debe a que el sector industrial tiene consumos de agua muy intensivos y concentrados, fáciles de monitorizar.

Según Juan Fernando Martín, responsable de Proyectos de la Fundación Renovables, «si no actuamos ya, corremos el riesgo de ver cómo un sector estratégico para el país se paraliza por la falta de una gestión correcta del agua, un recurso esencial que peligra con la crisis climática. Es urgente que las empresas y las administraciones se pongan manos a la obra”.

En ese sentido, desde la Fundación Renovables identificamos varias líneas de actuación que varían en función del tipo de alimento que se procese, ya que cada subsector tiene sus propias necesidades hídricas. Entre ellas, destacan:

  • Involucrar en la gestión del agua a los productores: es necesario buscar proveedores que dispongan de materias primas que hayan sido producidas con un consumo bajo de agua y que tengan sellos de calidad ambiental que lo acrediten.
  • Modificar las recetas de producción: muchos alimentos pueden reajustar las cantidades de agua necesarias sin alterar la calidad final del producto. Este tipo de iniciativas ya se aplica en otras industrias, como en la cosmética para reducir los usos de agua en la fabricación de jabones.
  • Uso de fuentes no convencionales de agua: existen herramientas, como la captación de aguas de lluvia mediante tanques o la regeneración y recirculación de aguas, que permiten reducir drásticamente los consumos finales de agua.
  • Vigilancia de consumos no productivos.
  • Actualización y modernización de instalaciones para mejorar la eficiencia.
  • Mejora en los procesos de limpieza de las instalaciones.
  • Soluciones dirigidas a reducir los vertidos de agua: la implementación de un canon para vertido, es decir, un impuesto que grave la producción de aguas residuales puede atajar este problema, además del diseño de estrategias de circularidad para reaprovechar al máximo el agua en toda la cadena de producción.

Estas son solo algunas de las iniciativas principales documentadas en el informe. Muchas de estas medidas ya han sido puestas en marcha de manera voluntaria por algunas empresas del sector. Todas ellas tienen impactos positivos desde el punto de vista ambiental, pero también desde una vertiente económica, ya que una mayor eficiencia en los usos del agua equivale a reducir gastos asociados a la productividad. Además, este tipo de medidas contribuyen a mejorar la imagen corporativa de las empresas.

Desde la Fundación Renovables urgimos al gobierno a elaborar una estrategia nacional destinada a coordinar e impulsar los cambios necesarios para que la industria alimentaria reduzca los consumos de agua y no quede expuesta a los daños generados por el cambio climático. “No se trata de consumir menos por consumir menos, sino de producir más con menos agua”, concluye el informe.

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