Ante las declaraciones del Presidente del Gobierno en la cumbre del G-20 que se ha celebrado en Seúl la Fundación Renovables se felicita, por una parte, de que Rodríguez Zapatero reconozca que con políticas sostenibles se puede crear un millón de empleos pero, por otra parte, no tiene más remedio que denunciar la contradicción que supone que mientras mantiene este discurso en el exterior su política energética está destruyendo en España decenas de miles de empleos en el sector de las energías renovables y frenando su desarrollo.
La Fundación Renovables comparte con el Presidente del Gobierno la convicción deque una “política verde” puede crear un millón de empleos pero considera imprescindible para hacerlo realidad un cambio radical de la actual política energética que está llevando a cabo el Ministerio de Industria que hasta hoy se basa en frenar el desarrollo de las renovables para favorecer a las tecnologías convencionales: más gas y más carbón.
El cambio de rumbo energético que se reclama debe pasar inexorablemente por la transposición inmediata y cumplimiento de las directivas europeas de renovables y eficiencia energética y, sobre todo, por ampliar los objetivos de renovables a 2020 hasta un 30% sobre el consumo final de energía.
La Fundación Renovables lamenta que una vez más el Gobierno diga una cosa en el extranjero mientras que aquí se hace la contraria. Ya en mayo de 2009 el Ministro de Industria, Turismo y Comercio, acudía a la inauguración de la feria del sector eólico norteamericano en Chicago con un discurso pro-renovable y aquí el BOE publicaba la creación del Registro de Pre-asignación que paralizaba el sector español.
En palabras del presidente de la Fundación, Javier García Breva,
Esa incoherencia en el discurso, apostando fuera por las renovables y manteniendo en casa una incertidumbre regulatoria letal para el sector tiene un precio: la credibilidad. Y esa falta de credibilidad arruina todas las posibilidades de inversión en el sector. La política energética carece de rumbo, no tiene norte y va en el sentido contrario de lo que Rodríguez Zapatero ha defendido en Seúl: los beneficios que las renovables reportan a la economía española.
Desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio se ha llevado a cabo una campaña de desprestigio de las renovables que se plasmaba en el documento entregado en abril a los partidos políticos en el marco del Pacto de Zurbano en el que se culpaba a todas las renovables de la subida de la luz y de arruinar a la industria española.
Posteriormente se han reducido notablemente los objetivos de renovables para 2020 (en generación se pasó de un 42,3 % a un 35,%) mientras se incrementaban los del gas “a contracorriente de lo que está haciendo en el mundo”, como señaló recientemente el director de la Agencia Internacional de la Energía, Nabuo Tanaka, en la sede del propio MITYC.
Por último, la Fundación Renovables denuncia que no se está abordando la energía con la suficiente perspectiva como requiere una política de esta trascendencia, lamenta que no se hable como prioridad de la reducción del CO2 y deplora que mientras que en Europa los ministros de Medio Ambiente hablan de elevar al 30% los objetivos a 2020, aquí, y con la complicidad del Ministerio de Industria, se quiere imponer la idea de que ya está andando el camino. Nada más lejos de la verdad: España sigue siendo el país de nuestro entorno con una mayor dependencia energética del exterior y con un mayor incumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kioto en reducción de emisiones.