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La Fundación Renovables reclama medidas estructurales para estimular el ahorro y la eficiencia energética

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Es necesaria una Planificación Energética que incluya los siguientes puntos:

  • Plan de Ahorro y Eficiencia con obligaciones y no voluntarista
  • Maximizar el uso de las energías renovables
  • Señales de precio al mercado que incentiven el ahorro
  • Actuaciones concretas en transporte y vivienda
  • Transposición urgente de las directivas europeas pendientes en la materia

Las medidas adoptadas por el Gobierno para ahorrar gasolina son insuficientes y su carácter coyuntural impide que contribuyan a cambiar los modos y usos de la energía en España, que son claramente derrochadores, por una cultura energética que ha estimulado el mayor consumo frente a la eficiencia energética, según la Fundación Renovables que reclama medidas estructurales para resolver uno de los problemas de fondo de nuestro modelo energético como es nuestra alta dependencia de los hidrocarburos y su negativo efecto en el medioambiente.

Las importaciones de gas y petróleo en 2010 han supuesto 34.500 M€ que suponen el 66% de todo nuestro déficit comercial en ese año. Dos terceras partes de nuestro déficit exterior proceden de las importaciones de combustibles fósiles y eso hace que España sea, dentro de los países de la UE y de la OCDE, el de mayor intensidad energética y el de mayor intensidad petrolera ya que no existen ni políticas de ahorro ni señales de precio. Nuestra alta dependencia del exterior en materia energética —también superior a la media de la UE— es el verdadero problema de competitividad para la economía española.

El efecto de la medidas del Gobierno, que ha cuantificado en un ahorro al año de 1.400 M€, supone que de mantenerse durante tres meses ahorrarán —en el mejor de los casos— un 1% de nuestra dependencia energética y si duran un año, la factura de nuestras importaciones energéticas se reducirá como mucho en un 4%.

En cualquier caso, el efecto es muy poco significativo si tenemos en cuenta nuestra alta dependencia y nuestra vulnerabilidad dado el origen de esas importaciones: más del 43% del petróleo que importa España y más del 60% del gas procede del Magreb y de Oriente Medio y el 37% del petróleo atraviesa el canal de Suez.

España, pues, tiene un problema mucho más grave que el resto de la Unión Europea por esa alta dependencia de las importaciones de esa zona, que se agrava ante la inestabilidad política y social que va a provocar, sin ninguna duda, problemas de abastecimiento y, en cualquier caso, precios muy elevados del petróleo y del gas por mucho tiempo.

La economía española no va a poder soportar un precio del barril superior a 100 dólares por mucho tiempo con unas importaciones energéticas que supondrán más del 60% de todo nuestro déficit comercial. Ello condicionará una inflación general de precios y subidas de los tipos de interés. En la actual coyuntura supone un suicidio no afrontar las raíces de esta dependencia.

La conclusión de la Fundación Renovables es que se necesitan medidas estructurales y no coyunturales destinadas a un cambio de modelo energético que deben encauzarse en una Planificación energética que contemple el ahorro de energía y la eficiencia como una cuestión prioritaria y de seguridad nacional

y que incluya los siguientes puntos:

  1. Plan de Ahorro y Eficiencia Energética que no sea coyuntural sino con una proyección a medio y largo plazo, consensuado con todas las administraciones públicas, con medidas y objetivos de carácter vinculante y obligatorio. Todo lo contrario al voluntarismo y la falta de evaluación de todos los planes que se han aprobado desde 2003. Es decir, que esta vez vaya en serio y pase de las recomendaciones a las obligaciones como está preparando Bruselas.
  2. Plan de Energías Renovables que, maximizando el uso de estas tecnologías autóctonas y limpias, reduzca de manera significativa la dependencia de las fuentes que importamos de fuera, ya que no podemos controlar sus precios de ninguna forma.
  3. La credibilidad de un Plan de ahorro de energía va a depender de que se adopten criterios de fiscalidad verde que envíen señales de precios a los mercados, es decir, que se incentive fiscalmente el ahorro de energía y se penalice el mayor consumo. En esas políticas es imprescindible la colaboración de las compañías energéticas para reducir la facturación.
  4. Es prioritario afrontar los usos de la energía en los sectores de mayor consumo, como son la edificación y el transporte: hay que incentivar y promover el ahorro en el sector doméstico y la edificación y desarrollar programas de rehabilitación energética de edificios e imponer la consideración del factor energía en todos los desarrollos urbanos y de infraestructuras. Se debe reordenar todo el sector transporte para ir limitando el uso del vehículo privado y elevando la cuota del transporte por ferrocarril, la más baja de toda Europa. El ejemplo de las Administraciones Públicas va a ser determinante. Es imprescindible que se promueva además el uso de biocombustibles sostenibles que tienen que jugar un papel destacado en este proceso.
  5. La urgencia de estas medidas aconseja acelerar los plazos para la transposición al ordenamiento jurídico nacional de las nuevas directivas europeas de renovables y de eficiencia energética de edificios.

Además de todas estas medidas la Fundación Renovables considera fundamental fomentar la transparencia energética ante la sociedad para que se tome en serio la necesidad de ahorrar energía. La luz va a seguir subiendo con renovables o sin renovables porque el origen de las subidas lo determina el precio de las materias primas energéticas. Y la realidad es que las únicas tecnologías que pueden reducir de manera inmediata las importaciones energéticas y reducir los costes de generación eléctrica son las renovables y por una sola razón: porque son autóctonas, limpias y de disponibilidad inmediata; están a la puerta de cada una de nuestras casas. El sol y el viento no tienen coste.

Pretender ahorrar energía reduciendo los objetivos de renovables es una falacia que va a costar muy cara a la economía y las futuras generaciones; por eso es fundamental incrementar de manera significativa los objetivos de renovables en el próximo PER.

Esa medida, que se debe tomar de manera inmediata, reduciría nuestra dependencia del gas y del petróleo hasta tres y cuatro veces más que las medidas adoptadas esta semana. Y es lo que se necesita de manera urgente por un principio básico de independencia energética nacional.

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