La Fundación Renovables considera que la decisión del Gobierno sobre la obligación de quemar carbón nacional en las centrales térmicas o el laudo del Tribunal Internacional de Arbitraje que supondrá un encarecimiento del gas consumido en España hacen más insostenible el modelo energético de nuestro país, en el primer caso, y ponen en evidencia, en el segundo, la vulnerabilidad de España por su altísima dependencia de los combustibles fósiles.
El carbón desde el año 2000 ha sido en la Unión Europea una fuente energética con plazo de caducidad y, sin embargo, la regulación española no ha hecho nada en los diez años transcurridos y sigue obligando a consumir una fuente cara y contaminante con cargo a todos los contribuyentes.
Por su parte, el petróleo ha demostrado ya su capacidad para provocar las crisis financieras, económicas y ambientales más grandes de los últimos 50 años y, a pesar de ello, España mantiene la mayor dependencia del petróleo de la media de los países de la OCDE mientras que nuestras compañías petroleras venden la gasolina y el gasóleo más caro, antes de impuestos, que la media europea.
Mientras que la dependencia del gas se incrementará hasta un 50% de las importaciones de Argelia, con el agravante de que los precios los fija, por una regulación equivocada, unilateralmente Sonatrach, que en 2007 impuso un 20% de subida ratificada el pasado agosto por el Tribunal Internacional de Arbitraje de París y que supondrá un coste de 1.500 millones de euros que pagarán los consumidores españoles.
Ahora Sonatrach planea otra subida del 30% para la entrada en funcionamiento del gasoducto MEDGAZ que en un 68% controlan Argelia y Francia y este consorcio también podrá comercializar el gas libremente en España.
En palabras de Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables,
La pérdida de soberanía de España en el suministro de gas es sonrojante y una debilidad para el futuro de nuestra economía que se resume en que cuanto más gas consumamos más caro saldrá a los consumidores.
Mientras todos se han ocupado en saber y contar lo que nos cuestan las renovables nadie sabe lo que nos cuestan los combustibles fósiles por la opacidad de las empresas y, como en el caso del gas, son los tribunales los que tienen que obligarlas a decir a la CNE los precios de sus contratos.
El mix energético que el Gobierno ha presentado en el PANER y en la Subcomisión de Industria del Congreso de los Diputados para la Planificación Energética agrava el riesgo de la seguridad de suministro de energía en España, ya que se incrementan los objetivos del gas natural y se rebajan los de renovables:
- El objetivo de consumo final de renovables se rebaja del 22,7% al 20,8%
- El objetivo de generación eléctrica renovable pasa del 42,7% al 35,5%
- El objetivo de generación eléctrica con gas natural crece del 29,1% al 37,8%
En este mix del Gobierno se renuncia definitivamente a que España tenga un lugar en el desarrollo de la eólica marina y de la biomasa y se frena el desarrollo de la fotovoltaica y la termosolar.
Ante este mix que pone en riesgo la seguridad de suministro energético de nuestro país se debe exigir un cambio urgente en la política energética, en general, y, en particular, respecto a la caótica política con las renovables, única fuente autóctona e inagotable de que disponemos y que puede reducir nuestra elevada dependencia energética y el consumo de combustibles fósiles que importamos de fuera.
Por todo ello la Fundación Renovables señala que:
- Han de plantearse objetivos más ambiciosos de renovables. España debe alcanzar en 2020 el 30% de consumo final y un 55% de generación eléctrica con fuentes renovables.
- Esos objetivos deben incluirse en una Planificación energética integral que debería hacerse en el primer semestre de 2011.
- Se deben transponer las nuevas Directivas europeas de renovables y de eficiencia energética de edificios para eliminar las barreras regulatorias, administrativas y técnicas que frenan el avance de las renovables en España.
- La Subcomisión del Congreso para la planificación energética debe, por tanto, aumentar los objetivos de renovables para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y reducir la dependencia energética de nuestro país.
España está perdiendo el tren en el desarrollo de las tecnologías renovables así como ha perdido ya el atractivo para las inversiones en renovables a causa de una pésima regulación y una incertidumbre continua que siguen alentando el consumo de combustibles fósiles y frenando el crecimiento de la demanda y el mercado de renovables por la inestabilidad regulatoria.
Ante el declive de los combustibles fósiles, frenar a las renovables es un grave error y un engaño a los consumidores y a los que desearían impulsar un cambio del modelo productivo apoyando a sectores más innovadores como el de las tecnologías limpias.
Desde la Fundación Renovables consideramos que no es el momento del conformismo sino de la voluntad y, en este caso, más que nunca cabe decir que el remedio -el que está aplicando este Gobierno- es mucho peor que la enfermedad.