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Un pacto energético requiere más ambición, más interlocutores y planificación

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La Fundación Renovables reclama:

  • Una concreción del escenario energético a 2030,
  • Priorizar la reducción de emisiones de CO2,
  • Transposición de las directivas de renovables y eficiencia en edificios y
  • Retomar el objetivo del 22,7% de renovables para 2020.

Un gran acuerdo sobre energía debería abordar el cambio de modelo productivo a través de un cambio de modelo energético mejorando los ratios de dependencia energética, intensidad energética y emisiones de CO2.

Sin embargo el acuerdo alcanzado por Gobierno, patronal y sindicatos no concreta, a juicio de la Fundación Renovables, una estrategia creíble para mejorar ninguno de estos ratios.

La Fundación Renovables considera que un pacto energético necesita otro foro, más interlocutores y una mayor ambición para dar respuesta a los retos a los que nos enfrentamos al tratarse la energía de un bien básico, universal y que determina la competitividad de la economía.

Es necesario incorporar, a un pacto energético que quiera ser eficaz, una planificación energética que concrete el escenario futuro. Buena parte de los problemas actuales se deben a la ausencia de una planificación energética integral, concepto que sí se incluía en el proyecto de Ley de Economía Sostenible.

El acuerdo, por su generalidad, mantiene el modelo energético actual inalterable y basado principalmente en el consumo de combustibles fósiles, justo en el momento en el que el petróleo está ya en plena escalada, por encima de los 100 dólares y con perspectivas de seguir subiendo. La economía española, por tanto, mantendrá su dependencia de unas fuentes de las que no dispone y ante las que no está preparada para afrontar la subida de los costes de las materias primas energéticas que importamos: petróleo y gas.

El pacto, en los términos acordados en esta negociación, mantiene un modelo energético que sin embargo está cambiando en todo el mundo pero que aquí se resiste a emprender nuevos caminos como lo demuestra la casi nula concreción de todos los puntos.

La Fundación Renovables lamenta que se considere como referencia el mix energético aprobado en diciembre por la Subcomisión de Industria del Congreso de los Diputados, porque ello supone refrendar el freno que se ha impuesto al crecimiento de las renovables respondiendo favorablementea las exigencias del sector convencional y a la campaña de desprestigio y desinformación que ha intoxicado el debate energético en los últimos meses.

El documento pone de manifiesto la contradicción entre el mix que el Gobierno envió a la Comisión Europea en julio, dentro del PANER, que establecía un objetivo de consumo final de renovables del 22,7% en 2020 y el mix aprobado en dicha Subcomisión que lo rebajó hasta el 20,8%.

No se dice nada de analizar la formación de precios del pool eléctrico, mención que figuraba hasta el último momento en el borrador de acuerdo, de impedir el carácter inflacionista de las subastas de la tarifa de último recurso como han pedido la CNE y la CNC, y la vaguedad con que se alude a los mercados del gas y del petróleo no aclara si seguiremos teniendo las gasolinas más caras de Europa antes de impuestos.

Este acuerdo, improvisado, no puede quedarse en solo una guinda del pastel del Acuerdo Económico y Social. La importancia del tema exige que el foro que haga la propuesta a 2035 se debe ampliar a todos los sectores interesados, que tienen mucho que aportar, como el ámbito renovable, llamado a jugar un papel determinante y el de mayor potencial de crecimiento de empleo.

La Fundación Renovables se ofrece para aportar a ese debate  información, análisis y propuestas para enriquecerlo.

Propuestas de la Fundación Renovables

La Fundación Renovables pide que se reconsidere la propuesta de mix actual que paraliza el desarrollo de tecnologías como la eólica marina, la biomasa o la geotermia, deja la fotovoltaica reducida a un cupo de 250 MW al año (cuando Alemania ha instalado 6.000 MW este año) y frena el futuro de la termosolar y retomar, al menos, el mix del PANER con un 22,7% de renovables a 2020.

Dado que no es coherente pretender “reforzar el liderazgo de España en renovables” mientras se recortan sus objetivos y su mercado porque supone también un freno al desarrollo industrial y tecnológico en el que hemos sido líderes hasta hace poco, la Fundación Renovables reclama una política eficaz de apoyo al I+D+i.

Reclamamos que se cierre la inseguridad jurídica y la inestabilidad regulatoria en la que viven las renovables desde hace cuatro años, y que sobre la que el acuerdo no hace ninguna referencia lo que no impide nuevos y mayores recortes a las renovables.

Un pacto energético debe considerar el sector de las renovables como el que mayor potencial de crecimiento en empleos tiene y reaccionar a la pérdida de más 20.000 puestos de trabajo a causa de unos recortes a su retribución, que van a provocar que se sigan perdiendo empleos y, lo que es peor, que no se creen nuevos. Es muy decepcionante que precisamente en el ámbito de este acuerdo se ignore este aspecto.

Con respecto al ahorro y eficiencia se dice lo mismo que en el proyecto de Ley de Economía Sostenible que se anunció hace ya dos años. La Fundación Renovables recuerda que lo que corresponde ahora es cumplir la obligación de España de transponer al ordenamiento jurídico nacional tanto la nueva Directiva de Renovables, cuyo plazo de transposición terminó en diciembre de 2010, como la nueva Directiva de Eficiencia Energética de Edificios.

La clave de la creación de empleo en el sector energético está en el cumplimiento de estas dos directivas europeas que ni se mencionan en el acuerdo. Lo mismo sucede con el transporte del que solo se vuelven a decir generalidades sin ninguna concreción—un defecto achacable a todo el documento— aunque este sector sea la causa directa de la contaminación atmosférica y aunque la ausencia de  medidas vaya atener graves consecuencias en la salud de miles de ciudadanos.

Por último, la Fundación Renovables reclama dar prioridad en la política energética a los compromisos de reducción de emisiones de CO2, que no se mencionan en el texto lo que es un síntoma de la total falta de sensibilidad ante el principal reto al que se enfrenta la sociedad del siglo XXI.

Para los firmantes del acuerdo el CO2 no existe, ya que bendicen un mix basado en los combustibles fósiles causantes de nuestras mayores emisiones y del incumplimiento de nuestros compromisos internacionales de reducción de GEI.

En definitiva este acuerdo, plagado de vaguedades, ausencia de medidas concretas y gravísimas omisiones, es la demostración de las resistencias al cambio de modelo energético y va a frenar la competitividad de la economía española ante futuras crisis de suministro de combustibles fósiles y los futuros impactos del cambio climático. Es un acuerdo a contracorriente y la Fundación Renovables se ofrece para trabajar en la dirección adecuada.

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