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Señor Arias Cañete, Comisario ¿de qué?

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«Este artículo es la respuesta a las declaraciones efectuadas por el Comisario de Energía y Cambio Climático, Miguel Arias Cañete, en el diario El País el pasado 7 de marzo, réplica que hubiéramos deseado ver en las páginas de este rotativo para lo cual incluso se elaboró una versión adaptada a la extensión que se nos requería. Como ni una ni otra han sido publicadas hasta hoy, lo hacemos desde aquí para que las palabras del Comisario no queden sin contestación«.

La entrevista al supuesto Comisario de Energía y Clima publicada por El País el 7 de marzo evidencia lo que nos temíamos, aunque esperábamos no se produjera, y es que el señor Arias Cañete no iba a estar a la altura de sus funciones. Esperábamos que la responsabilidad de tan alto encargo, conformar “un sistema energético resiliente –por sostenible– con una ambiciosa política de Cambio Climático”, se impondría sobre su natural tendencia a asociarse a los intereses cortoplacistas de la más rancia industria energética que afortunadamente no es toda.

No ha sido así, la entrevista nos muestra un Comisario que insiste en los combustibles fósiles, manteniendo el carbón y apelando al desarrollo del gas de fracking como casi únicas fuentes autóctonas a las que suma la tecnología nuclear. Un Comisario que dibuja un escenario nada ambicioso en materia de Cambio Climático, de clara renuncia a la descarbonizacion casi total acordada para la UE en 2050, además de totalmente insostenible, ya que obvia que la tecnología nuclear no sólo se enfrenta al desafío pendiente de la seguridad, que asume como resoluble, olvidando ahora precisamente Fukushima, sino que traslada responsabilidades y costes no asumidos y difícilmente asumibles a las generaciones futuras, como ha denunciado recientemente para el caso español el Tribunal de Cuentas.

La entrevista nos muestra un Comisario que insiste en los combustibles fósiles, manteniendo el carbón y apelando al desarrollo del gas de fracking como casi únicas fuentes autóctonas a las que suma la tecnología nuclear

El Señor Comisario se atreve a minimizar las renovables como opción, por caras y responsables de los altos precios de la energía, al incorporar los subsidios recibidos, cuando en realidad son la única fuente masiva de energía descarbonizada, sostenible y autóctona de la  que disponemos y cada vez más económica. Ignora las ventajas competitivas que ha supuesto el impulso al sector de las renovables español y europeo.

Parece que además de no escuchar al Ministro Soria, que justificó la subida de la electricidad en enero por la menor participación de las renovables, el Comisario no escucha a la Agencia Internacional de la Energía que en su informe de 2014 cifra los subsidios a los combustibles fósiles, que así minoran sus precios, en más de cuatro veces los de las renovables; ni a la Agencia Europea de Medio Ambiente que lleva años evidenciando los subsidios perversos a unos combustibles fósiles a erradicar y a tasar más por sus tremendas externalidades ambientales y mostrando el menor peso y el mayor reflejo en precio de los incentivos a las renovables a promover.

Si no le bastaba con lo anterior, el Señor Comisario anticipa, para salvar la oposición manifiesta al fracking, “dictar una normativa vinculante en la regulación de esa tecnología” para asegurar su viabilidad, cuando lo oportuno para la UE, como hecho diferencial, sería regular su descarte por incompatible con los objetivos de las Hojas de Ruta UE 2050 en estas materias y porque hay mejores opciones a las que destinar estos esfuerzos.

Tiene que enterarse de una vez que de la misma forma que la Edad de Piedra no se acabó por falta de piedras, la edad de los combustible fósiles no se acaba porque no los haya ni por la urgencia y magnitud de su restricción por sus altas emisiones de Gases de Efecto Invernadero y de contaminantes atmosféricos ligados a ellos, que también. Debemos poner punto final a la edad de los combustibles fósiles porque hay muchas mejores opciones: las renovables.

Sí, las renovables son una mejor opción desde el punto de vista ambiental, sin  duda, social (generan más empleo y son accesibles para todos), y también económico con costes ya competitivos y en continuo descenso, al contrario de las fósiles, como señalan entes financieros al calcular sus costes comparativos. La mayoría de las tecnologías renovables han alcanzado la llamada “paridad de generación” y está alcanzándola la fotovoltaica que hace ya años superó la “paridad de red” en España, lo cual convierte el autoconsumo en una pesadilla para las eléctricas y para este Gobierno que las representa. Las limitaciones para la generalización de las renovables no son tecnológicas ni económicas, son simplemente políticas.

Sí, las renovables son una mejor opción desde el punto de vista ambiental, sin  duda, social (generan más empleo y son accesibles para todos), y también económico con costes ya competitivos y en continuo descenso, al contrario de las fósiles, como señalan entes financieros al calcular sus costes comparativos

En algo acierta el Señor Comisario y es en señalar la importancia de las conexiones energéticas que son vitales para una gestión en firme de un sistema energético basado en las renovables, aunque para el Señor Comisario su mayor valor añadido no es preparar un futuro prometedor sino rentabilizar y prolongar el presente, para permitir diversificar las fuentes de suministro de gas, en general no autóctono, y para evacuar excedentes en particular asociados a sobrecapacidades de centrales de gas en el caso español.

Se trata de hacer de España un nudo “hub” para flujos eléctricos y de gas, lo cual no estaría mal si son electricidad y gas de origen renovable. Incluyendo el resultante de convertir en gas los excedentes de la generación eléctrica con renovables para su almacenamiento y gestionar en firme las renovables; o como carburante en transporte no electrificable. Es el programa alemán “power to gaz” que debería conocer el Señor Comisario.

Sería interesante saber qué se opina de estas declaraciones en Bruselas ahora que se abre el debate sobre la Unión Energética en base a un documento aprobado recientemente por la Comisión, que aunque se queda muy corto sobre las expectativas creadas por el Presidente en su discurso inicial, no vuela tan bajo como nos hacen creer las declaraciones del Comisario Arias Cañete.

La UE se juega mucho también en términos de competitividad en la respuesta al desafío energético y del Cambio Climático. Unos compromisos ambiciosos en materia de Cambio Climático, eficiencia energética y renovables son movilizadores de la investigación e innovación al dar predictibilidad a las empresas. Así lo reconoció en 2006 The Economist al relacionar el compromiso de la UE en el Protocolo de Kioto con la mayor implantación y ventajas en el mercado, incluso de Estados Unidos, de las empresas energéticas y de renovables de la UE y en particular españolas. Algo que continúa (a pesar del parón en casa) y que guió la propuesta de la Comisión para incrementar los compromisos del paquete 2020, que, por cierto, España no cumplirá.

La UE se juega mucho también en términos de competitividad en la respuesta al desafío energético y del Cambio Climático. Unos compromisos ambiciosos en materia de Cambio Climático, eficiencia energética y renovables son movilizadores de la investigación e innovación al dar predictibilidad a las empresas

Los menores costes de la energía en EEUU no vienen de menores costes de materias primas energéticas ni de una mayor eficacia o eficiencia energética de su sistema energético, que no es claramente el caso, sino de una clara falta de internalización de costes ambientales en dichos precios para evitar lo cual, como han repetido hasta la saciedad sus Presidentes, se han mantenido fuera del Protocolo de Kioto. Claro ejemplo de “dumping ambiental” muy patente en el caso del gas de fracking y que el Comisario Arias Cañete no tiene empacho en calificar de revolución económica. A ver como se tratan estas asimetrías en el Tratado Bilateral en desarrollo.

Dada la insostenible política energética y de Cambio Climático española esperábamos que la promesa del Presidente Juncker de priorizar una Unión Energética sostenible asociada a una política ambiciosa de Cambio Climático arrastraría y obligaría a cambiar el rumbo de la española. No podíamos imaginar que el proceso pudiera correr el riesgo de invertirse, como ahora puede inferirse de las declaraciones del Comisario Arias Cañete, y que sea la insostenible política española la que se traslade a la UE: parece un mal sueño.

El futuro energético, 2050, es inexorablemente desenergizado (eficiencia energética a tope), descarbonizado (Emisiones Cero o casi), electrificado y sostenible, basado en las Energías de fuentes Renovables y en la autosuficiencia energética conectada a todos los niveles. Y el futuro empieza ya. Quien se empeñe en quitarle a la sociedad este bien ganado sueño no debería poder dormir tranquilo.

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