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La triste noticia de la muerte de Valeriano Ruíz ha sacudido los cimientos de la familia de las energías renovables. No es para menos. Pionero, científico extraordinario y maestro de una gran parte de la generación que ha impulsado y llevado a España a ser, a día de hoy, un referente en renovables. No se podría entender la revolución energética que estamos viviendo sin su vital contribución, gracias a la pasión por su trabajo y su tierra, siempre enmarcado en la sostenibilidad y con fuertes valores sociales.

Rememorar el inmenso recorrido laboral de Valeriano es hablar de las principales asociaciones e instituciones de renovables que han sido y son referencias en el sector energético, en gran parte gracias a su enorme dedicación y conocimiento. Fue Catedrático de Termodinámica en la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla, presidió Sodean (la actual Agencia Andaluza de la Energía), Isofotón y el Instituto Andaluz de Energías Renovables. Fue, además, el impulsor y el primer presidente de Protermosolar, asociación determinante en el despliegue de la termosolar.

En la Fundación Renovables queremos rendirle un tributo particular, desde la cercanía emocional y los testimonios de algunas de las personas que componen la Fundación y que han trabajado, colaborado y forjado con Valeriano una amistad a lo largo de toda su vida, siendo algunos ejemplos de su, también, eterno legado personal.

Luis Crespo, expresidente de Protermosolar y patrono de la Fundación Renovables, nos dice que “aunque invadido por la tristeza en estos momentos, su mirada hacia a atrás, recordando a Valeriano, se llena de luz. Él fue uno de los pioneros de las renovables en los 70 y, como Catedrático, de Termodinámica en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, entusiasmó a sus alumnos con la concentración solar. Gracias a muchos de ellos las empresas y los centros de investigación españoles son los líderes mundiales en la tecnología termosolar y otros han ocupado puestos de relevancia en instituciones en el extranjero. No había evento del sector o encuentros casuales en los que no se acercaran al Profesor distintas personas, con afecto y reconocimiento, para decir que habían sido alumnos suyos. Coincidimos, en distintos roles, en los 80, principalmente alrededor de la Plataforma Solar de Almería a la que se sentía tan ligado y a la que dedicó la mayor parte del libro “La Electricidad Termosolar. Historia de éxito de la Investigación”.

«Su visión y compromiso con la tecnología termosolar fue inquebrantable siendo también uno de los primeros en instalar autoconsumo fotovoltaico en su casa hace más de 10 años. Fue fundador de Protermosolar y de ESTELA y a él le debo mi retorno al sector. Pudimos compartir las alegrías del despliegue de la flota de centrales en España, que sin su contribución no hubiera sido posible, así como durísimos momentos de resistencia ante los ataques de sectores muy influyentes, consiguiendo, incluso, salir indemnes del primer intento serio de recorte retroactivo de la retribución en 2010. Aún retirado de Protermosolar y de la Universidad nunca abandonó su compromiso con el sector en su incansable tarea de innovación tecnológica y de impulso de proyectos.»

«Aunque afincado en Sevilla hacía gala de sus raíces extremeñas siempre que venía al caso, lo que representaba otro elemento en común. Excelente persona, de principios y palabra. Disfruté de su amistad, de su extraordinaria familia, de su Molino, de su Caseta en la Feria, … Y me dio otra impagable enseñanza en su última etapa, asumiendo con serenidad “lo que le había tocado”, evitando transmitir angustia alguna a su alrededor. Su figura merece ser reconocida en un lugar destacado en la historia de la transición energética en nuestro país”.

Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables, lo recuerda como un “profesor reconocido y muy querido. Una persona comprometida con la ciencia para alcanzar el progreso y con las energías renovables para conseguir la sostenibilidad, siempre desde un inmenso apego a su tierra y a sus orígenes. Desde aquí mi homenaje, mi reconocimiento por su labor y mi recuerdo permanente de todo lo que hemos vivido juntos.”

Mariano Sidrach de Cardona, vicepresidente de la Fundación Renovables y catedrático de física de la Universidad de Málaga, señala que “ha sido un referente para todos los que trabajamos en el desarrollo de las energías renovables en Andalucía. Pionero en lo que hoy llamamos el I+D+I, siempre entendió su labor de profesor universitario como un compromiso con la sociedad y como un acto de servicio a esta. Así, además de profesor e investigador, fue político, gestor o empresario, promoviendo y participando en iniciativas y proyectos para poner a disposición de la sociedad los resultados de sus trabajos y defendiendo siempre la necesidad de desarrollar las energías renovables como una forma de dejar un mundo mejor a las generaciones futuras.”

Jose Luis Garcia Ortega, patrono de la Fundación Renovables y responsable de cambio climático de Greenpeace España, rememora que “ha sido un auténtico pionero, un adelantado a su tiempo. Ejemplo para todos los físicos de lo que es un científico con conciencia social y ecológica, con la valentía e iniciativa para emprender, en la esfera pública y en la privada, para demostrar que sus conocimientos sobre la energía y el sistema energético se podían y debían llevar a la práctica política y empresarial. Muchas de las realidades de la transición energética, la eficiencia y las energías renovables que vemos hoy en día tienen su origen en su impulso, clarividencia e iniciativa, muy especialmente el hecho de que, para calentar un fluido a altas temperaturas para mover una turbina, mucho mejor que quemar un combustible o fisionar un átomo es concentrar la radiación del sol”.

Sergio de Otto, patrono de la Fundación Renovables, tiene claro que “Valeriano ha sido una de las personas más importantes para que hoy sea posible la transición energética en la que estamos inmersos. Fue pionero en reivindicar y trabajar para un modelo energético más sostenible. Su pasión, su entusiasmo, sus inmensos conocimientos, su activismo incansable definen su legado. Tuve la suerte de compartir con él la tribuna en algunos foros y aprendí mucho de sus intervenciones y de las matizaciones, siempre oportunas, que hacía a las mías, ejerciendo de lo que era: un maestro”.

Domingo Jiménez Beltrán, patrono de la Fundación Renovables y exdirector de la Agencia Europea de Medio Ambiente, lo define desde el recuerdo como “una persona y una personalidad irrepetible. Riguroso en el conocimiento, preciso en sus argumentos, comprometido socialmente, duro con la apología de la ignorancia y entrañable en la cercanía. Le echaremos mucho de menos”.

Ni estas palabras que salen de la emoción pueden contener su eterno legado. Hasta siempre, Valeriano.

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