Y…ahora vienen a por la eólica

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Artículo de Sergio de Otto publicado en El Sol es tu Energía

No seré el primero, ni el último, en recurrir a los versos erróneamente atribuidos a Brecht para denunciar el silencio cómplice de tantos ante las tropelías cometidas en el pasado para frenar el desarrollo de la fotovoltaica, tropelía que hoy se repite con la eólica. Efectivamente, primero se cargaron la fotovoltaica pero como existía la excusa de ciertas irregularidades el resto del sector renovable se calló. Algunos,  incluso, no ocultaron su satisfacción escudándose en que se trataba de acabar con un fraude sin caer en la cuenta de que poner fin a las anomalías —atribuibles a las normas pero no a la tecnología— no era más que la excusa pero en absoluto el fin.

Hoy asistimos al intento de desmantelar la industria eólica española de la que han presumido —eso sí con la boca pequeña— los que ahora son sus verdugos con un borrador de decreto de retribución de la energía del viento que supone la paralización absoluta del sector.  La excusa en esta ocasión es el “sobrecoste” de los incentivos a esta tecnología que ya aporta más del 16 por ciento de la generación eléctrica de nuestro país. Da igual que los estudios elaborados por el sector pongan en evidencia que ese supuesto “sobrecoste” es la mejor inversión que puede hacer nuestra economía. En este caso algunos dentro del sector renovable pueden encontrar una mezquina satisfacción en pensar que ahora les toca a los grandes que son los que dominan el sector.

Unos y otros estaban y están equivocados, estarán equivocados los que se froten las manos cuando la guillotina llegue a la termosolar con la excusa de que está en manos de las constructoras, y estaban, están y estarán equivocados porque el fin de esta ofensiva, hoy como ayer o como mañana, es, sencillamente, evitar el cambio de modelo energético. Algunos no han asumido —aunque lo verbalicen en discursos y memorias— que quemar hidrocarburos y generar residuos radioactivos es insostenible, que tenemos dos desafíos que no podemos obviar: la lucha contra el cambio climático y la reducción de nuestra dependencia energética. El éxito de las tecnologías renovables no hace más que poner en evidencia la insostenibilidad de su modelo y que hay alternativa.

Frente a esa ofensiva la defensa de los intereses comunes es una obligación y una necesidad. En esta línea se ha dado recientemente un paso que no puedo más que aplaudir como lo es la creación de una Federación de Asociaciones del sector fotovoltaico. Habrá que advertir a algunos que están en el mismo barco.

Sergio de Otto

Secretario de la Fundación Renovables

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