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El final de año ha deparado una sorpresa a la cacareada reforma del Ministro Soria. La retirada de 3.100 millones de Euros (ME) del Presupuesto General del Estado asignados al sector eléctrico para evitar superar el nivel de déficit tolerado por la Troika, deja tambaleante la reforma antes de que haya concluido su tramitación parlamentaria.

Se pretendía concluir 2013 sin déficit significativo de tarifa para, a partir de ahí, echar a rodar la nueva ley que prevé subidas automáticas de precios eléctricos cuando los ingresos no cubran los costes reconocidos. Pero ahora todo se ha vuelto mucho más difícil.

La retirada de 3.100 millones de Euros (ME) del Presupuesto General del Estado asignados al sector eléctrico para evitar superar el nivel de déficit tolerado por la Troika, deja tambaleante la reforma antes de que haya concluido su tramitación parlamentaria.»

Las partidas retiradas han sido los 2.200 ME correspondientes a un crédito extraordinario que ya había cumplido su tramitación parlamentaria, y que sólo estaba pendiente de liberar el dinero, y 900 ME para compensar la mitad del sobrecoste de los sistemas eléctricos extrapeninsulares y que también parecían haber sido acordados entre el Ministerio de Industria y el de Hacienda. Existen además otros 500 ME que, aunque afectan al sector de la energía, no tienen incidencia directa en el sector eléctrico.

Allá por el mes de marzo manifesté mis dudas de que el crédito extraordinario finalmente se completara  porque todo parecía indicar que el cumplimiento del déficit fiscal comprometido de 2013 no estaba en modo alguno asegurado y porque todas las pugnas entre Montoro y Soria se habían resuelto con una victoria clara del primero. Disponer entonces de dinero de los Presupuestos Generales del Estado para hacer más fácil la reforma que pretendía Soria no me parecía fácil. Pero ahora las preguntas relevantes son otras.

¿Qué pasará con el déficit de tarifa que finalmente resulte en 2013?

Las eléctricas, que son quienes deben anticipar el dinero para pagar el déficit ya han puesto el grito en el cielo y fueron recibidas por Montoro en un intento de apaciguamiento que no parece haber dado resultado. Dado que el fondo para titulizar la deuda eléctrica ya está cerrado, las eléctricas piden algún mecanismo para limpiar sus balances de estas partidas. Soria ha señalado que el Estado puede dar garantías si las eléctricas se comprometen a no subir los precios en el futuro. Pero no es algo que esté en modo alguno asegurado y de hecho los precios del mercado mayorista han subido mucho en las últimas fechas, lo que ha llevado al Secretario General de Energía a pedir una investigación sobre posibles acuerdos para fijarlos. El asunto no parece en modo alguno resuelto.

¿Subirá el precio de la electricidad en 2014?

El Ministro había manifestado su intención de congelar la parte de los peajes, que es la que fija el gobierno y que por tanto la única subida correspondiera a la parte liberalizada. Esto representa algo más del 45% del total del precio final de la electricidad. Lo previsible es que esta parte experimente una subida importante ya que el inicio de 2013 fue excepcionalmente lluvioso y ventoso y llevó al mercado eléctrico hasta valores muy bajos, algo que difícilmente se repetirá.

Pero es poco probable que Soria pueda mantener su palabra si quiere resolver el problema del déficit que ha marcado todo su mandato. No es muy presentable que tras tantas modificaciones legales “definitivas” como ha proclamado, el déficit siga en 2014 en torno a los 3.000 ME, haciendo aumentar la deuda acumulada. En definitiva en 2014 es muy probable que el precio de la electricidad suba de forma importante.

¿Se puede mantener en estas condiciones la reforma eléctrica?

Como se ha dicho, la nueva ley eléctrica comporta una subida de los precios si la recaudación no cubre los costes reconocidos y eso es un grave problema. De acuerdo con la memoria económica de la orden de peajes de agosto el coste total de estos era de 21.100 ME en 2013. A ello habría que sumar los 900 ME de los costes extrapeninsulares que se preveía que salieran de los Presupuestos y que finalmente no será así. Estos peajes de acceso pueden reducirse significativamente recortando derechos reconocidos en transporte (a REE) o sobre todo en distribución (a las grandes compañías) o bien recortando aún más a las renovables. Pero todas las opciones señaladas son difíciles por distintos motivos. Las grandes eléctricas han demostrado su capacidad de resistencia y a las renovables se les ha recortado ya muy por encima de lo razonable. También podría recortarse la deuda titulizada o sus intereses, pero esto no se ha planteado nunca ni parece formar parte de las opciones del gobierno.

La otra opción es subir los ingresos, pero también esto conlleva riesgos. Recuérdese que habría que hacerlos subir en más de 3.000 ME anuales cuando de los usuarios en alta tensión (sector industrial) sólo se recaudan 3.800 ME anuales, mientras que en baja tensión (doméstico, pequeña industria y servicios fundamentalmente) se recaudan poco menos de 11.000 ME. Ahí hay más margen, aunque los precios actuales ya son desmesuradamente altos y han crecido injusta y espectacularmente en los últimos años.

Creo que el gobierno volverá a decir que reparte equitativamente los esfuerzos, como ya hizo en el pasado, y como en el pasado también esto será falso: el esfuerzo será mayor para los productores de renovables y los consumidores finales. Espero equivocarme.

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