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La Unión Energética aún no es ni sostenible ni coherente

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Hace un par de días la Comisión Europea publicó el texto de la Unión Energética. El mismo día recibíamos una carta del Comisario Europeo, Sr. Cañete , en respuesta a nuestras misivas sobre el tema, en la que nos asegura que el objetivo es ser líderes en renovables. Vamos avanzando aquí una respuesta abierta al señor Comisario.

Nuestra visión del texto de la Comisión Europea es muy crítica ya que una vez más no está centrado de facto en el Cambio Climático. Pero no es un documento cerrado: pasará tanto por el Parlamento Europeo como por los Estados Miembros antes de ser aprobado y esperamos que en este proceso pueda perder esas incoherencias que ya detectamos cuando analizamos el borrador hace pocas semanas. ¿Cómo?

El proyecto de Unión Energética podría ser realmente motivador y esperanzador. Sin embargo, en su desarrollo la Unión Energética presentada por la Comisión Europea evita crear la herramienta fundamental para alcanzar su ambición: convertirse en una política energética común y sostenible, cuyo objetivo primero y transversal sea construir un sistema energético europeo 100% renovable, eficiente e inteligente.

Apenas unos días antes la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) presentaba un informe en el que demostraba como las renovables (junto al ahorro y la eficiencia) han sido la mejor herramienta para reducir emisiones de GEI de la Unión Europea a la par que para mejorar su seguridad energética. Textualmente el Director Ejecutivo de la EEA, Hans Bruyninckx declaraba que “las renovables se están convirtiendo rápidamente en una de las mejores historias de éxito de Europa. Podemos incluso ir más allá: si apoyamos la innovación en este área, podría convertirse en el mayor motor económico de Europa reduciendo las emisiones mientras se crean puestos de trabajo.”

Ante estas declaraciones aún es más difícil de entender el temor con el que el texto de la Unión Energética aborda el mix energético. Conviven la ambición de convertir a la UE en “líder mundial en renovables” y en lucha contra el Cambio Climático con una fuerte apuesta por las importaciones de gas, por la libertad de los EMs para extraer hidrocarburos no convencionales o con la persistencia de las centrales eléctricas de carbón y nucleares.

La Agencia Internacional de la Energía estima que la UE necesita invertir más de 1.93  de euros antes de 2050 para ir reemplazando un parque obsolescente de generación eléctrica con nueva capacidad en su transición hacia una economía verde. Sin embargo, sin una Política Energética Común guiada por la urgencia climática y con recursos y fiscalidad comunitarios, las incoherencias serán tales que las inversiones podrían incluso ir a financiar proyectos de carbón, fracking o petróleo de aguas profundas, retrasando y encareciendo enormemente la ineludible transición energética.

De forma desalentadora, el proyecto de Unión Energética tampoco hace hincapié en la necesaria mejora de la ambición de los objetivos de Cambio Climático, renovables y eficiencia energética a los que puede aspirar la UE y que hemos repetidamente pedido desde la Fundación Renovables.

Es más, tampoco aborda un punto clave a la hora de hablar de políticas como es la fiscalidad. Aunque el texto contempla un llamamiento a los EMs para que miren “con nuevos ojos la fiscalidad de la energía tanto a nivel nacional como europeo”, no se ha atrevido con una fiscalidad energética armonizada y sostenible e impuestos energéticos comunitarios para generar recursos presupuestarios comunitarios suficientes y con políticas orientadas al empleo.

Lo que sí reconoce es la urgente necesidad de una mayor transparencia en los costes y precios de la energía así como de los esquemas de apoyo público para evitar distorsiones de mercado. De hecho, propone generar un informe bianual sobre los precios energéticos con un especial enfoque en el papel de las subvenciones. Un trabajo muy útil para alcanzar una mayor transparencia ante la ciudadanía que se debería enfocar no sólo en los precios sino en los costes mismos de producción de cada tecnología, con una auditoría europea del sistema y de las empresas energéticas frente a los llamados “costes reconocidos” que son los que generan el déficit de tarifa. El objetivo de este tiene que ser, además, conocer y eliminar todos los subsidios a las fuentes de energía sucias tal y como recoge la Unión Energética y que según la Agencia Internacional de la Energía suponen más de cuatro veces los que reciben las renovables a nivel global.

Evita, además, entrar en la necesaria obligación de medios (no todo vale para alcanzar los resultados acordados) que supone superar el principio de neutralidad tecnológica por el básico de la sostenibilidad y que evitaría el recurso, que confirma el texto, a la tecnología nuclear. Un sistema energético descarbonizado y sostenible está basado forzosamente en la racionalización de la demanda, en su reducción drástica y en la optimización de la oferta, naturalmente de fuentes renovables.

Tampoco se aborda en profundidad el tema del empleo verde, otro elemento capital para establecer políticas comunes energéticas. Sí cabe destacar que se menciona la pobreza energética como inadmisible y la necesidad de empoderar a los consumidores ante la energía gracias a la promoción del autoconsumo o con medidas de información, reduciendo los oligopolios del sector así como mediante la gestión de la demanda energética. Una buena noticia a la que nos hemos adelantando presentando nuestra propia propuesta de marco de desarrollo del autoconsumo, y que enviaremos al Comisario Cañete, junto con todas nuestras aportaciones sobre la Unión Energética resumidas en los puntos que siguen , en respuesta a su carta.

  1. Necesitamos nuevas y reforzadas políticas comunitarias en Energía y Cambio Climático y nuevas formas para ejecutarlas que se conformen en base a una verdadera Política Energética Común y Sostenible, con recursos comunitarios propios, incluyendo impuestos comunitarios ya propuestos en su día por la Comisión, como instrumentos ineludibles para alcanzar y superar la Unión Energética Europea que prioriza el Presidente Juncker.
  2. Se plantea que la UE sea número uno en renovables pero lo único que se propone es cumplir con el paquete de Energía y Clima de 2030. Objetivo muy escaso no sólo en renovables sino también en eficiencia y emisiones de GEI por lo que la Fundación Renovables ha pedido en numerosas ocasiones una revisión ambiciosa de la Hoja de Ruta 2050 para una Economía Baja en Carbono para ajustarse tanto a su objetivo más ambicioso de descarbonización y en consecuencia a los de 2030:Hoja de Ruta para una Economía Baja en Carbono - Propuestas Fundación Renovables
  3. No se ha atrevido con una fiscalidad energética armonizada y sostenible e impuestos energéticos comunitarios para generar recursos presupuestarios comunitarios suficientes y con políticas orientadas al empleo.
  4. No se propone tampoco reforzar las medidas en curso para asegurar el cumplimiento por los EMs del paquete 20-20-20 para 2020 y, muy en particular, de los objetivos.
  5. Es de apreciar que la Unión Energética introduzca en su planificación el desarrollo de un marco para el principio de “autoconsumo” y de “balance neto”, hoy frenado en muchos EMs, incluido España.
  6. Cabe insistir en la necesidad de esclarecer de dónde vienen los precios de la electricidad: una auditoría de los costes de las empresas energéticas.
  7. Se incorpora una denuncia de la pobreza energética. Además de lo propuesto por el borrador, la Fundación Renovables plantear añadir la oferta de micro auditorías energéticas a los hogares en situación de pobreza energética y obligar a las compañías energéticas a informar de la existencia de sistemas como el bono social.
  8. Desafortunadamente el borrador de Unión Energética sigue insistiendo en incluir como deseables fuentes de combustibles fósiles no convencionales, junto con las renovables, a efectos de disminuir la dependencia energética del exterior. La Fundación Renovables al contrario pide que la Unión Energética promueva una respuesta comunitaria que excluya la exploración y producción de gas y petróleo no convencionales.
  9. La Fundación además reitera que se diseñe el plan estratégico de interconexiones eléctricas incluido en la Unión Energética para permitir la progresiva implantación de un sistema eléctrico 100% renovable y que se descarte la construcción de líneas que den servicio a centrales térmicas de carbón o nucleares, nuevas o existentes.
  10. En el borrador de Unión Energética la Comisión Europea no mencionaba el fomento de las renovables para conseguir una diversificación del suministro. Es de apreciar este cambio aunque la presencia de las renovables sea nominal y todo el interés siga puesto en el gas..
  11. En cuanto a la eficiencia energética, consideramos positivo que la Comisión invite a los EMs a priorizar la eficiencia y establezca sinergias entre las diferentes políticas de eficiencia energética, las de eficiencia en el uso de recursos y las de economía circular. Sin embargo, no se plantea una mejora de los objetivos del Paquete de Energía y Clima 2030, gravemente insuficientes.
  12. Aunque incorpora la electrificación del transporte y la mejora continua de los estándares de eficiencia energética de los vehículos como objetivos importantes, falla en proponer medidas para la reducción de la demanda.
  13. También es positivo que en el sector de la edificación se priorice la rehabilitación eficiente de los edificios y la facilitación del acceso a financiación para ello. Esto tendría un efecto enorme en el empleo del sector de la construcción que debe transformarse en el sector de la reconstrucción.

[1] Carta del comisario europeo Miguel Arias Cañete a Domingo Jiménez Beltrán, presidente de la Fundación Renovables

[2] Son billones con B, trillions en inglés

 

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