A partir del 1 de octubre de 2025 el mercado eléctrico español pasará de basarse en un modelo de precios por horas a un sistema cuartohorario. ¿Qué quiere decir esto? Que los precios de la electricidad, en lugar de cada 60 minutos, se fijarán cada cuarto de hora. De esta forma habrá 96 precios diferentes a lo largo de todo el día.
¿Por qué?
Esta reforma emana directamente de Europa. La idea es que con este ajuste la tarifa se ajuste un poco más a la realidad de producción y consumo. Es decir, que el precio se acerque a la estructura física del sistema eléctrico.
De esta forma, para empezar, todas las compañías eléctricas deberán declarar cuánta energía producirán o consumirán en cada cuarto de hora. Si no cumplen lo previsto, se exponen a penalizaciones.
¿Cómo afecta a los hogares?
Los consumidores residenciales, a priori, no observarán cambios sustanciales en sus facturas. Los contadores que hay en la mayoría de los hogares se rigen por un sistema de horas y sustituirlos por modelos que contabilicen los 96 precios diarios sería, además de costoso, complicado a nivel logístico.
¿Entonces, cómo se va a trasladar el nuevo sistema a los consumos domésticos? Red Eléctrica aplicará una interpolación lineal para estimar los consumos horarios a partir de lecturas horarias. Es decir, las tarifas reguladas seguirán plasmando precios por hora. Los usuarios del mercado libre, por su parte, no verán cambios ya que sus contratos suelen funcionar con precios fijos o con discriminación horaria.
¿Esta medida beneficia a las renovables?
Se podría decir que sí. Las instalaciones de almacenamiento y los autoconsumos, colectivos e individuales, podrán ajustar mucho mejor los consumos y las inyecciones a red, en función de si los precios son más bajos o altos. El sistema cuartohorario permite que los consumidores con tejados solares puedan optimizar mucho mejor los momentos de precios bajos y altos para consumir y vender excedente.
Además, este sistema se conjuga muy bien con el despliegue de almacenamiento, ya que las baterías (domésticas o industriales) podrán aprovechar los momentos de precios más bajos para cargarse y los periodos con precios más altos para descargarse, lo que mejora su predicción para obtener mayores ingresos y mejorar su rentabilidad.
Las renovables, tanto solar como eólica, se caracterizan por su intermitencia. Es decir, hay momentos durante el día, con menos producción eólica por ausencia de viento o con un descenso de la generación fotovoltaica por la presencia de nubes. El modelo cuartohorario se ajusta mucho mejor a esta realidad ya que el mercado, con 96 intervalos diarios, recoge de una forma más nítida esta variabilidad. Con precios cada 15 minutos la producción se casará de una forma más eficiente al consumo. Además se reducirán los sobrecostes de los mercados de ajuste que, al final, terminan inflando la factura.
La variación de la producción de las renovables se ajusta mucho mejor en un sistema que actualiza precios cada 15 minutos que en un sistema en el que los intervalos se actualizan cada hora. En 60 minutos pueden pasar demasiadas cosas en la producción renovable que, hasta ahora, no tenían repercusiones en el mercado.