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En plena ola de calor, ¡no avive el fuego, Sr. Ministro!

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Editorial de Las Breves de Julio de la Fundación Renovables.- No salir de casa, tomar mucha agua, buscar lugares frescos… Son algunas de las recomendaciones repetidas para poder sobrellevar las olas de calor que están azotando España en las últimas semanas. Naturalmente no son ni las primeras ni las últimas olas de calor para nuestro país. Al contrario, la tendencia, a causa del cambio climático, es a que aumenten en intensidad y frecuencia en prácticamente todo el globo. Tanto es así que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han planteado la necesidad de disponer de sistemas de alerta temprana para las olas de calor.

Las olas de calor pueden exacerbar la contaminación del aire, agravar dolencias cardiovasculares y respiratorias y en algunos casos llevar hasta a la muerte. Estudios recientes demuestran que sin medidas de adaptación podrían darse hasta 200.000 muertes cada año a causa del calor en Europa para 2100. La de 2003 se calcula que causó el deceso de unas 70.000 personas en el continente. En la India acaban de fallecer más de 2.000 personas por temperaturas extremas.

Y ahora que la temperatura sube sin cesar (el 2014 fue el año más caluroso registrado) hay quién en el Ministerio de Industria, a pesar de toda lógica, decide avivar el fuego de los combustibles fósiles, primera entre las causas del cambio climático. Y apagar el de las energías renovables aprobando subvenciones por 1.000 millones de euros públicos al año para fomentar la quema de carbón nacional y retrasando artificialmente lo inevitable: la llegada del autoconsumo con energías renovables. Otra medida que no es más que otra subvención encubierta a las energías sucias.

Ahora que cualquiera podría autoabastecerse de energía con paneles solares o generadores mini-eólicos en su casa o en su empresa sin necesidad ninguna de subvenciones (al contrario que las energías sucias), el Gobierno decide imponer un Impuesto al Sol y mil trabas administrativas sazonadas con una buena dosis de inseguridad jurídica para evitar la entrada de más renovables en el sistema y la democratización de la energía que conlleva, tal y como reivindicaba la Fundación Renovables en su nota de prensa. Un golpe duro al Sol en favor del fuego de los combustibles fósiles que hará subir más la temperatura. Y no sólo la del aire, sino la social también.

El movimiento del Gobierno ha recibido casi 40.000 alegaciones ciudadanas pidiendo la retirada del proyecto de Real Decreto que lo instrumentaba y más de 190.000 firmas exigiendo lo mismo.

La misma semana Bloomberg New Energy Finance publicaba los cinco grandes cambios disruptivos previstos para el sector eléctrico mundial antes de 2040: sin duda la entrada poderosa del autoconsumo es uno de ellos, con la previsión de que, para ese mismo año, el 13% de la generación mundial provendrá de pequeñas instalaciones fotovoltaicas.

Al igual que nadie en su sano juicio avivaría el fuego en la chimenea en plena ola de calor, no es razonable frenar las renovables y gastar dinero público en apoyar a los combustibles fósiles en un mundo que se calienta a pasos agigantados. Y más, cuando ese cambio ya es inevitable desde el punto de vista económico y social.

Así que aquí va nuestra recomendación para evitar, que no sobrellevar, las olas de calor: Sr. Ministro, por favor, apague el fuego de los combustibles fósiles y encienda ya las renovables. #YoSíQuieroRenovables. 

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