La Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados debate este miércoles una Proposición No de Ley impulsada por organizaciones ambientales para reformar las etiquetas de la Dirección General de Tráfico
El actual sistema permite a coches contaminantes ser calificados como “ecológicos” por lo que dichas organizaciones pidieron incluir en las etiquetas las emisiones reales de CO2, reservar la etiqueta CERO a los vehículos sin emisiones y eliminar la confusa etiqueta ECO
La complicidad de la DGT con el sector del automóvil y el titubeo gubernamental terminaron bloqueando la reforma, algo inconcebible para combatir las emisiones del sector transporte en plena emergencia climática
7 de marzo de 2022-. El actual sistema de distintivos ambientales para vehículos ha sido muy criticado por clasificar como “ecológicos” a vehículos que, en condiciones reales de conducción, resultan más contaminantes de lo que dicen ser, así como por establecer una clasificación incoherente en determinados aspectos. Sin embargo, y a pesar de haberse comprometido, el Gobierno decidió paralizar su reforma en virtud de un informe presentado en Consejo de Ministros el pasado mes de octubre, y del que todavía se desconoce su contenido, a pesar de haber sido solicitado a través del Portal de Transparencia.
Ecodes, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace y Transport & Environment llevan trabajando continua e incansablemente en promover la mejora sustancial y actualización de este sistema de etiquetado desde que el 15 de junio de 2020 fuera anunciado dicho compromiso. Tras la elaboración de una propuesta -la única que ha sido pública-, estas entidades realizaron dos ruedas de prensa y la hicieron llegar a los responsables pertinentes. Sin embargo, la estrecha complicidad de la Dirección General de Tráfico (DGT) con el sector del automóvil y el titubeo gubernamental terminaron bloqueando un proceso que sólo busca revertir las deficiencias del sistema actual y ciertas incoherencias.
Por ello, estas cinco entidades acogen positivamente el debate que se producirá este próximo miércoles 9 en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados sobre la base de una Proposición No de Ley que busca instar al Gobierno a retomar este proceso, esencial para la descarbonización del transporte y el futuro de la movilidad urbana. Sus señorías tienen en la mano apoyar esta iniciativa para impregnar de coherencia y eficacia este sistema, herramienta clave para el éxito de las Zonas de Bajas Emisiones y de todas las políticas y medidas de movilidad que se están llevando a cabo en España gracias, en parte, a la financiación proveniente del Plan de Recuperación.
Tal y como están diseñados en la actualidad estos distintivos, hasta los vehículos muy contaminantes pueden obtener una clasificación C o incluso ECO. Por eso, estas organizaciones piden, entre otras cosas, incluir las emisiones reales de CO2, reservar la etiqueta CERO a los vehículos sin emisiones y eliminar la confusa etiqueta ECO que actualmente beneficia al gas y a los SUV híbridos. Los beneficios son múltiples, ya que estas etiquetas son una herramienta clave no solo para reducir la contaminación atmosférica y las emisiones de CO₂ sino también para transformar las ciudades en espacios que provean de calidad de vida y atiendan la salud de sus habitantes. Para asegurar su buen funcionamiento es imprescindible diferenciar de manera clara a los vehículos por su potencial contaminador real.
Cristian Quílez, responsable de proyectos de Ecodes, señala que “nuestra propuesta mejora y actualiza los criterios del etiquetado, revierte las deficiencias del sistema actual y sus incoherencias. Hay que tener en cuenta que estos distintivos son la herramienta principal para que medidas como las Zonas de Bajas Emisiones sean efectivas. No se puede poner en peligro los esfuerzos para avanzar hacia una movilidad urbana eficiente y limpia que promueva una calidad del aire adecuada y la protección de la salud por el simple hecho de anteponer intereses empresariales. Más aún cuando se va a utilizar una gran cantidad de dinero público en lograr estos y otros objetivos económicos, sociales, ambientales y climáticos en torno a la movilidad”.
Carmen Duce, co-coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción, detalla que la propuesta “se centra principalmente en incluir las emisiones reales de CO2, reservar la etiqueta CERO a los vehículos sin emisiones y eliminar la confusa etiqueta ECO, que actualmente beneficia al gas y a los SUV híbridos, sustituyéndola por una D coherente. En la actualidad, vehículos muy contaminantes pueden obtener una clasificación C o incluso ECO, sin olvidar que no discriminan respecto al gas fósil. Necesitamos un sistema de etiquetado que discrimine positivamente a los vehículos que realmente contaminan menos. El futuro de la movilidad urbana y la calidad del aire están en manos de nuestros representantes y por ello les animamos a apoyar esta Proposición”.
Raquel Paule, directora general de Fundación Renovables, incide en que «en una emergencia climática como la actual, es un sin sentido que se pongan piedras en el camino hacia la descarbonización del transporte urbano. La propuesta que realizamos se basa en una racionalización del etiquetado, coherente con los objetivos de reducción de emisiones de GEI en el transporte y que realmente exprese las emisiones reales de cada vehículo. No podemos perder de nuevo la oportunidad que tenemos para alcanzar ciudades más resilientes, con una mejor calidad del aire que no ponga en peligro nuestra salud ni la de nuestros hijos/as. Por este motivo alzamos la voz para exigir una acción coordinada entre las instituciones gubernamentales que doten de sentido común y veracidad a la movilidad urbana con la modificación del etiquetado»
Adrián Fernández, coordinador de la campaña de movilidad de Greenpeace, señala: “Queremos que se dé un mensaje rotundo sobre la nueva movilidad urbana de una vez. España quiere ser climáticamente neutra en 2050, y es innegable el papel de la descarbonización del transporte y la movilidad. Las ciudades son clave para cumplir este objetivo, fomentando la movilidad limpia y activa, el transporte público, la reducción del vehículo privado, etc. Reformar coherentemente el sistema de etiquetas es de vital importancia para acompañarlas en este proceso, generando claridad, un cambio de hábitos y haciendo que sean una referencia efectiva. Hacemos un llamamiento a la acción gubernamental y parlamentaria para poner fin a esta situación y que se apruebe unos distintivos reales”.
Carlos Bravo, experto en políticas de Transport & Environment España, concluye que “cerca de un 8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España son ocasionadas por el transporte en las aglomeraciones urbanas. Por lo tanto, es innegable que las ciudades tienen un papel fundamental que cumplir en la lucha contra el cambio climático y para ello es necesario contar con un sistema útil y coherente de etiquetas ambientales para los vehículos que contribuya eficazmente a la reducción de estas emisiones. Es absurdo que la DGT, que no es un órgano ambiental, tenga la labor de rediseñar el sistema de clasificación ambiental de los vehículos. Por ello, pedimos a nuestros representantes que insten al Gobierno a retomar este proceso, tengan en cuenta a las organizaciones ambientales y sean coherentes con sus compromisos en movilidad sostenible”.