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La Fundación Renovables valora el resultado de la COP 28 como una victoria en una cumbre controlada por los países petrolíferos

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La COP28 consigue acordar en el último minuto incluir una mención a la progresiva eliminación de los combustibles fósiles pese a las presiones

El acuerdo final también incluye un apoyo a la energía nuclear y el almacenamiento de carbono, tecnologías que distan mucho de ser la solución y pueden suponer un retraso a la expansión renovable

Es prioritario comenzar a trabajar para cumplir el compromiso de triplicar las renovables, duplicar la eficiencia, descarbonizar el transporte y acabar con las emisiones de metano

 

Madrid, miércoles, 13 de diciembre de 2023. La Fundación Renovables valora como una victoria parcial el texto aprobado como resultado final de las negociaciones de la COP28, pese a que no fija objetivos numéricos ni fechas para la erradicación de los combustibles fósiles. Los muebles han sido salvados en la prórroga de las negociaciones gracias a la Unión Europea y países minoritarios, enfrentándose contra las potencias petroleras que abogaban por no incluir la mención a la progresiva eliminación en los acuerdos necesarios para la urgencia climática a la que nos enfrentamos.

Entre las notas positivas, cabe destacar la posición tenaz y determinante que ha demostrado la Unión Europea, liderada por Teresa Ribera, y la ONU en la búsqueda de ambición durante los últimos días, aunque el acuerdo sea laxo en objetivos ante las situaciones de emergencia climática que estamos experimentando. Así, como logros destacan una mención explícita en el texto final de triplicar la potencia instalada de energías renovables, duplicar la tasa anual eficiencia energética, reducir todo lo posible las emisiones de metano y promover vehículos cero emisiones, sin determinar una fecha. Es un compromiso donde las acciones tienen que acompañar a los acuerdos, comenzando a implementar cuanto antes estas medidas en los planes nacionales de transición energética, con las particularidades de cada territorio.

El primer día de la COP también se acordó la creación de un fondo de pérdidas y daños, que compensará a los países más vulnerables al cambio climático por los impactos del calentamiento. Lo firmaron Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón, entre otros países, pese a que las cuantías a aportar siguen siendo irrisorias si se comparan sus beneficios al perjuicio provocado el medioambiente.

Respecto a la negociación final, decenas de organizaciones y Estados comprometidos alertaron en los últimos estadios de las negociaciones sobre el desastre que suponía el vergonzante primer borrador propuesto, siendo incompatible con el escenario del Acuerdo de París y el consenso científico. Se ha pasado de discutir durante días en el marco semántico, enfrentándose si debía producirse un “abandono” o una “reducción progresiva” de estos combustibles a pedirse “transitar lejos” de las energías fósiles, con el fin de no emplear palabras claras como “erradicar” o “extinguir”.

Gracias a la presión mediática y social, y tras más de dos semanas en las que cientos de lobistas fósiles presionaban, el último documento alcanzado supone una victoria para la ambición climática global al verbalizar “el principio del fin”, dentro de que el tablero de juego se situaba en un país petrolero. No obstante, las vaguedades iniciales y las presiones para rebajar los compromisos, no deben suponer la pérdida del valor, importancia y la credibilidad de la COP para la sociedad civil y su activación como parte esencial del activismo climático.

En la Fundación Renovables consideramos de grave la gran implicación de algunos gobiernos en mantener su negocio fósil pese al riesgo de estar cerca de superar el 1,5°C fijado en el Acuerdo de París. Pese a incluir una mención explícita de la progresiva eliminación, el texto no señala ni concreta cómo se va a llevar a cabo en tiempo y forma, no fija un objetivo numérico ni cual es el plazo temporal para dejar a atrás el gas, el carbón y el petróleo. Así, queda pendiente para la COP 29, que se celebrará en Azerbaiyán (gran productor y exportador de gas y petróleo), la concreción de unos objetivos reales para materializar el resultado alcanzado en Dubái.

También cabe destaca la incomprensión que despierta la leve apuesta del texto por la expansión de dos tecnologías que no pueden competir a escala mundial con las renovables, como son la energía nuclear y la captura y almacenamiento de carbono. Desde la Fundación Renovables valoramos esta referencia como un riesgo, no solo para la expansión de tecnologías realmente sostenibles, competitivas y probadas como las renovables, al desviar fondos financieros, sino para la sociedad, al ser la nuclear y sus residuos peligrosos para cualquier país.

Así, desde la Fundación Renovables abogamos por seguir trabajando y no perder el tiempo porque las tecnologías están disponibles, son rentables y están socialmente aceptadas, pese a que alguna clase política y las grandes empresas fósiles impidan su masificación. Las organizaciones de la sociedad civil seguiremos trabajando cada día en nuestro empeño por conseguir un mundo más justo, equitativo y sostenible, donde se priorice los intereses de todos y no los de unos pocos.

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