El presente trabajo surge de la necesidad de plantear estrategias de movilidad sostenible en los entornos urbanos, ante la necesidad de abordar un cambio hacia un modelo más justo, más saludable y más eficiente.
En los últimos decenios, las ciudades de nuestro entorno han seguido un modelo desarrollista que no ha tenido en cuenta los problemas de movilidad sobrevenidos, en parte por la estructuración física, la distribución de usos y la ocupación extensiva del suelo. En especial, la construcción de nuevos barrios residenciales ha estado al servicio del beneficio inmobiliario privado y el espacio público se ha visto rendido a la supremacía del vehículo privado.