La energía es un derecho y un bien básico. Por eso, en la Fundación Renovables trabajamos para que la transición energética sea una oportunidad para la sociedad. Es la hora de que la ciudadanía pase de ser un ente pasivo a ser un agente activo. Como personas, todas y cada una de nosotras debemos poder decidir qué energía queremos, si producirla o no y gestionar su consumo, venta y almacenamiento. De ello hemos hablado en el Congreso Nacional de Medio Ambiente CONAMA18 en una jornada que hemos organizado junto con la plataforma europea Energy Cities y en la que una amplia representación de los distintos agentes que operan en el sector ha debatido sobre el papel de la gobernanza y la participación ciudadana en la transición energética.
Como decimos en nuestro informe “Hacia una Transición Energética Sostenible” la energía es el motor de un nuevo modelo social y económico que no se entiende sin la transparencia y la buena gobernanza como bases de gestión y relación para superar el desgobierno actual del sistema. Este punto de vista impregna todas nuestras propuestas e incluye principios de actuación como la apertura en la toma de decisiones o la participación y el diálogo social.
Es cierto que en los últimos años hemos asistido a una toma de conciencia sobre el papel relevante de la ciudadanía en los procesos y en la toma de decisiones, así como en la buena gobernanza de las administraciones, pero, tal y como ha quedado patente en nuestra jornada en CONAMA, queda un largo camino para que los métodos participativos sean realmente herramientas constituyentes de implicación real en la toma de decisiones de la ciudad.
Todos los ponentes coincidieron en que para participar es imprescindible saber. Sin conocimiento no hay cambio posible. En este contexto, desde la Fundación Renovables queremos ser uno de los muchos agentes articuladores que trabajen para que la participación ciudadana sea un hecho real, efectivo y con plena implantación en la agenda social y política actual.
